Una red social en la picota

Dos adolescentes delante de la web de Ask.fm.

Dos adolescentes delante de la web de Ask.fm. / periodico

VÍCTOR VARGAS LLAMAS / Barcelona

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Habrá muchos que leerán el nombre y pensarán en una nueva emisora de radio. Un error que, al fin y al cabo, es bastante previsible para unawebcon un dominio tan característico comoAsk.fm. Pero en este caso la confusión está estrictamente delimitada al público adulto. Decenas de millones deadolescentesde todo el mundo saben a la perfección que se trata de la nueva sensación entre lasredes sociales.

Un espacio con un sencillo funcionamiento y un extraordinariopotencial nocivo, que forja su trágica leyenda con lamuerte de al menos cinco adolescentesen menos de un año. Un dramático bagaje que refuerza la pujanza de la web y se retroalimenta con la inagotable curiosidad juvenil y el recelo de los mayores.

Preguntas y respuestas, sin más. Esa es la sencilla dinámica de Ask.fm, que le otorga una pátina de candidez que poco tiene que ver con muchos de estoscuestionarios 'on line'. Sobre todo cuando en medio se topa con la compleja realidad de los adolescentes. Y es que la perversión no conoce límites cuando quien formula la cuestión dispone de todas las facilidades para preservar su identidad. Es más, laplataformamantiene marcada por defecto la opción'Pregunta anónimamente', permitiendo a potenciales acosadores actuar con absoluta impunidad.

>>Lea la información completa sobre lapolémica en torno a la red social Ask.fm en e-Periódico.