INICIATIVA VISIONARIA

El tren del futuro a 1.200 km/h

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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Un sistema de transporte elevado para desplazar pasajeros y coches a 1.200 kilómetros por hora: el Hyperloop de Elon Musk. Después de un año de expectación y especulaciones, el empresario sudafricano residente en EEUU colgó ayer en internet un documento muy detallado sobre lo que considera «el quinto medio de transporte» después del coche, el avión, el barco y el tren, un proyecto que sonaría a demencia o a ciencia ficción si no fuera precisamente porque es obra de Musk, un emprendedor que ha sacado adelante proyectos calificados de descabellados.

La infraestructura son dos tubos de acero (uno en cada sentido) sostenidos sobre pilares de seis metros de altura dispuestos cada 30 metros y el sistema se alimenta con energía solar. El Hyperloop está originalmente diseñado para el trayecto San Francisco-Los Ángeles. El medio de transporte en sí son unas cápsulas con diseño aerodinámico con capacidad para 28 pasajeros aceleradas por un sistema basado en electroimanes. Además el interior del tubo está presurizado de tal manera que apenas hay rozamiento. Las cápsulas, en el documento de Musk, avanzan sobre un cojín de aire creado por el propio vehículo. La velocidad máxima prevista es de 1.220 kilómetros por hora, casi la velocidad del sonido.

APORTACIONES / Musk dice que no piensa desarrollar el ingenio y reconoce que su estudio necesita aportaciones, por lo que invita a hacerlas. Lo suyo es desafío: el Hyperloop costaría 6.000 millones de dólares, mientras que el proyecto aprobado de alta velocidad entre San Francisco y Los Ángeles tiene un presupuesto estimado de 68.000 millones. 35 minutos tardaría el Hyperloop en completar el trayecto, de 550 kilómetros. Musk considera que el sistema es ideal para recorridos de un máximo de 1.500 kilómetros.

Muchos tenían marcada en el calendario la fecha del 12 de agosto, desde el día en que Musk anunció, vía Twitter, que ese día haría públicos los diseños del Hyperloop, pero la expectativa se remonta a un año, hasta julio del 2012, que fue cuando el empresario anunció que estaba trabajando en el proyecto. ¿Por qué Los Ángeles y por qué San Francisco? Porque a Musk, ingeniero de profesión, la idea se le ocurrió al descubrir que estaba en marcha el proyecto de alta velocidad entre ambas ciudades, pero sobre todo al enterarse del coste de la empresa. Mejorar algo claramente mejorable parecía un desafío a medida para este hombre con intereses en el mundo de los transportes y un hambre difícil de saciar por los proyectos revolucionarios. Musk y los vehículos eléctricos. Musk y los vuelos suborbitales. Musk y el Hyperloop. Casi parecía un designio de la naturaleza.

Quizás si otro lo hubiera propuesto no le habrían hecho caso, pero Musk cumple bastante de lo que dice y sus palabras tienen crédito, de modo que durante un año la web bulló con especulaciones sobre qué tipo de ingeniería haría posible crear un ingenio terrestre de estas características. Parecía la clase de campaña de expectativa que hubiera deseado cualquiera, y Musk, encantado, la alimentaba de vez en cuando con declaraciones en las que dejaba caer solo un poco más de información.

LA MEZCLA / Fue en una entrevista para la televisión que soltó una de sus frases más sugestivas: «Será una mezcla entre un Concorde, un tren bala y una mesa de hockey sobre aire». También estimuló la imaginación de la gente cuando dijo que no era un tren sino el quinto medio de transporte. Luego dijo que no sería un transporte subterráneo, y cuando el ingeniero estadounidense John Gardi aventuró su propio diseño y lo divulgó por internet, Musk declaró que era lo más parecido a su propia idea que había visto hasta entonces. Gardi comparó su sistema con los tubos neumáticos que en las empresas servían para transportar mensajes o paquetes pequeños.