CAÍDA DE UN PECULIAR DELINCUENTE

El regreso del 'capitán Timo'

Arrestado de nuevo el veterano estafador, que lleva casi medio siglo de carrera delictiva

Curtido 8 José Manuel Quintía, el 'capitán Timo', en un juicio en la Audiencia de Barcelona, en el 2000.

Curtido 8 José Manuel Quintía, el 'capitán Timo', en un juicio en la Audiencia de Barcelona, en el 2000.

MAYKA NAVARRO
MADRID

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Pocas veces un apodo es tan acertado como en esta ocasión. José Manuel Quintía Barreiros es un ferrolano que, a sus 72 años, lleva desde 1966 timando a decenas de víctimas a las que asegura que tiene importantes influencias en el Ministerio de Defensa que le permitirán conseguir adjudicaciones a dedo. Impecablemente vestido de oficial de la Marina, se presentaba como un refinado corrupto con el que el negocio sucio estaba asegurado. Tras varias condenas de prisión y casi una treintena de detenciones, elcapitán Timofue detenido nuevamente la semana pasada en Madrid cuando cerraba otro falso negocio. La cabra tira al monte.

No se había vuelto a saber nada de él desde su última condena a tres años de cárcel, en abril del 2005. Estafó más de 25.000 euros, todos su ahorros, a un matrimonio mayor gallego que gestionaba un hostal en Madrid y al que prometió una licencia para abrir un negocio en una residencia militar.

Para la estafa por la que ahora ha sido detenido, el viejo timador ya no se había rodeado de la parafernalia de antaño, cuando contrataba a secuaces que se hacían pasar por sus chóferes, guardaespaldas y ayudantes, siempre a bordo de Mercedes, con comitiva incluida. Esta vez usó solo sus dotes de persuasión para embaucar a un hombre que le debía entregar 12.000 euros a cambio de lograr de manera irregular la concesión de la cantina de un cuartel inexistente.

A fin de cuentas, elcapitán Timose aprovechaba de la avaricia de sus víctimas, que aun sabiendo que el falso oficial les ofrecía obtener un negocio de manera ilegal, aceptaban el juego sucio. Esta última hizo un primer pago de 900 euros, pero no se acababa de fiar y acudió a una comisaría de policía, pese a que tuvo que reconocer que su propia actuación, al pagar una comisión a cambio de conseguir a dedo la adjudicación de una cantina, no había sido precisamente ejemplar.

La historia resultó familiar en comisaría. Bastó tirar de archivo y que la víctima reconociera al exquisito militar como el hombre una treintena de veces fichado por el mismo delito: timar.

Expulsado de la Armada

Los agentes le propusieron que aceptara una segunda cita en la que se comprometiera a entregar el dinero que faltaba. El encuentro fue en el bar El Chuletón de Tetuán, en Madrid, y en el momento en que la víctima iba a hacer entrega del dinero unos agentes de paisano se acercaron y se identificaron:«Señor José Manuel Quintía Barreiros, queda usted detenido... otra vez».

Con su arresto, los investigadores han esclarecido otras seis estafas con las que elcapitán Timohabía conseguido más de 30.000 euros en apenas nueve meses. En febrero logró que otro incauto le diera 22.000 euros por tramitarle la documentación como conductor de la base militar de Colmenar Viejo. Y el 16 de noviembre pasado recibió otros 9.000 euros con los que su enésima víctima creía asegurarse que regentaría la cantina de la base militar de Torrejón de Ardoz.

Camaleónico, inteligente y refinado, a lo largo de los años ha ido cambiando de identidad y graduación militar. En realidad fue teniente de navío, pero fue expulsado de la Armada en 1973. Para sus fabulaciones se ha presentado como capitán de fragata, almirante, agente del Cesid, colaborador del ministro de Defensa... y siempre con una puesta en escena cuidada al máximo, con la que consiguió engañar hasta a un general de la Guardia Civil que hace unos añoscontratópara dirigir una Fundación Militar de Naciones que«uniera a todas las fuerzas armadas del mundo».

Pasó por Barcelona, donde fue detenido y condenado por la Audiencia barcelonesa a siete años, que después rebajó el Supremo a seis. En esa ocasión consiguió levantar 130 millones de las antiguas pesetas a un grupo de restauradores y empresarios catalanes a los que prometió contratos millonarios con el Ministerio de Defensa. Durante ese juicio, elcapitán Timose definió como«un pecador económico y no jurídico»y destacó que los empresarios a los que estafó no eran víctimas porque lo que pretendían era«blanquear dinero».

En otro de sus juicios, en la Audiencia de Madrid, simuló un ataque de epilepsia nada más empezar la sesión que fue desmontado por los forenses. En otra ocasión, su letrado solicitó la presencia en el juicio como testigos del entonces presidente del Gobierno, Felipe González, y de varios diputados.«No está loco. Lleva medio siglo trabajando de timador. Dudo que sea capaz de dedicar toda esa inteligencia a otra cosa que no sea engañar. Este ya no se recicla»,dice un viejo policía.