Nuevos estudios universitarios tecnológicos

Barcelona impulsa el videojuego con una licenciatura pionera

Nacho García, fundador de Abylight, en la sede de la compañía.

Nacho García, fundador de Abylight, en la sede de la compañía.

CARMEN JANÉ
BARCELONA

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El auge de la producción de videojuegos que vive Catalunya tendrá nuevos impulsos a partir del próximo julio con el Clúster de Contenidos Digitales, una iniciativa de la Generalitat, y a partir de septiembre con la primera licenciatura universitaria en la materia impartida en la comunidad. Para un sector considerado de innovación, la interacción con las administraciones y el aumento de la oferta formativa serán pasos importantes de cara a ganar prestigio social y dimensión empresarial. Hasta ahora la producción de videojuegos solo se enseñaba a través de másteres de un año (uno en la Universitat Politècnica de Catalunya y otro en la Universitat Pompeu Fabra, que dirige Dani Sánchez-Crespo, fundador de Novarama, uno de los estudios catalanes punteros) y en academias de programación y diseño.

«Los videojuegos son una apuesta decidida de las industrias culturales en Catalunya y hay que impulsarlos para que tiren adelante. Elclústerva a servir para potenciarlos. Ya están en el circuito de subvenciones y tienen un cargo público asignado, igual que el cine o la música», explicó ayer a este diario elconsellerde Cultura, Ferran Mascarell.

Su departamento calcula que la creación de videojuegos da trabajo en Catalunya a unas 600 personas a través de 70 empresas, muchas muy pequeñas y creadas por emprendedores. Las firmas catalanas (la mayoría) facturaron en torno a 50 millones de euros en el 2011, cinco veces más que el año anterior.

NUEVA ESCUELA / El añadido de una licenciatura supondrá un empujón a la industria aunque tarde cuatro años en dar los primeros titulados, coincide el sector. La Universitat de Barcelona estrenará en septiembre el grado de Nuevas Tecnologías Interactivas, que se impartirá en la escuela del mismo nombre, ubicada en el edificio del Seminario y que funcionará como centro privado adscrito con titulación homologada.

«Vamos a enfocar toda la carrera a los videojuegos, no solo para consolas y móviles sino también en cómo aplicar sus técnicas en otros ámbitos como la medicina, la cultura, la fisioterapia, los deportes o la recuperación de la memoria histórica», explica Oscar García Panella, director académico de los futuros estudios, que siguen la estela de un grado que ya se imparte en Madrid.

APLICACIONES / Los estudios se estructurarán en torno a cuatro ejes: la programación, la parte artística (diseño gráfico y de juego), la narrativa (creación de la historia y guión) y las mecánicas (las dinámicas del juego). Para formarlos en todo ello a los estudiantes se les enseñará matemáticas, álgebra, psicología, teoría artística, producción audiovisual e incluso formas de negocio. «Estos estudios se pueden aplicar a muchos ámbitos, desde un museo que quiera hacer una recreación virtual de sus salas hasta un crucero para explicar qué pueden hacer los pasajeros, o a aplicaciones para dejar de fumar, entrenadores personales virtuales y programas médicos. Incluso en parques de atracciones», dice García.

Los videojuegos son una industria que hasta ahora ha buscado profesionales entre programadores, artistas, diseñadores gráficos y hasta psicólogos, que aplican técnicas de inteligencia artificial y explican cómo va a reaccionar el jugador ante los estímulos o las opciones de juego. Psicólogo es, por ejemplo, Enric Álvarez, creador deCastlevania. Lords of Shadows, uno de los videojuegos españoles de más proyección internacional. Y hay varios ingenieros informáticos y grafistas como directivos.

AUTODIDACTAS / «Hay mucho autodidacta, gente que lleva años programando en casa y que es muy buena. Tenemos un programador con 10 años de experiencia que ahora se está sacando la carrera de informática», explica Nacho García, fundador de Abylight.

«Es un paso muy interesante que la Administración y la universidad se impliquen, porque también hay una barrera educacional por parte de los padres, cuando un hijo les dice que quiere dedicarse a los videojuegos. Muchos no creen que esto sea una profesión», cuenta Gerard Fernández, presidente de la asociación de desarrolladores y editores de videojuegos de Catalunya (Devicat).

La entidad recuerda que no solo falta oferta académica sino que hay muchas trabas burocráticas para importar el talento de profesionales estadounidenses o rusos, que son los que tienen más experiencia. Una situación que Mascarell atribuye a «la falta de agilidad de la Administración». Para Fernández, es importante mezclar los profesionales formados en Catalunya con otros con más experiencia internacional porque se enriquecen ambos. «El modelo ha de ser Finlandia o Canadá, que tienen empresas de videojuegos muy potentes que tiran de los demás».