CAMPAÑA ECOLOGISTA PARA PRESERVAR LA BIODIVERSIDAD MARINA

Más barcos que peces

La nave Greenpeace, en un muelle del puerto de Barcelona, el viernes pasado.

La nave Greenpeace, en un muelle del puerto de Barcelona, el viernes pasado.

CARMEN HIERRO / Barcelona

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El barco de Greenpeace atracó el viernes en el puerto de Barcelona. El objetivo de esta escala es concienciar a ciudadanos y políticos de la necesidad y la urgencia de una nueva ley europea de política pesquera común, que lleva tres años reformándose y que se espera que se apruebe en Bruselas en el mes de junio. Esta ley es la que regula cómo, cuánto y en dónde pueden pescar las flotas de Europa.

El colectivo ecologista denuncia que tal y como está la normativa, provoca la destrucción de los bancos de peces, ya que fomenta la pesca industrial.«Por culpa de estas políticas han desaparecido el 47% de los bancos de peces del océano Atlántico y el 80% del mar Mediterráneo. Necesitamos un cambio que ayude a impulsar la pesca sostenible», denuncia Celia Ojeda, responsable de pesca de Greenpeace.

Visitas al barco

Y para conseguir esos cambios, Ojeda y sus compañeros del colectivo navegan a diferentes países europeos, entre los que están, además de España, Grecia, Italia, Rumanía o Bulgaria. En todos los puertos donde atraca, Greenpeace abre las puertas de su embarcación y, además de mostrar cada rincón del buque, informa de la situación en la que se encuentran los fondos marinos.«Si la cosa sigue así, nos quedaremos sin peces. La pesca que se conoce no es realmente la que existe, en España la flota pesquera industrial supone el 70% de las embarcaciones y en Europa esa proporción escala hasta el 80%», asegura Ojeda.

Estas explicaciones las acompañan una decena de paneles que muestran todo aquello que, a juicio de Greenpeace, se debe impulsar (un comercio justo con el pescado y técnicas de pesca selectiva) en contraposición con las acciones que deben denunciarse y proscribirse ( grandes barcos industriales y pesca destructiva del medioambiente).

Como pesca sostenible, explica la responsable de pesca de la organización ecologista, se entiende toda aquella que se realiza con cuidado, cuyas artes no son dañinas (nasas, anzuelos, trasmallos, caña y línea) y que tiene carácter selectivo y no provoca descartes. Sin embargo, la pesca industrial utiliza técnicas de arrastre, de cerco (como en la pesca del atún) y sistemas de agregación de peces (método por el que se ven atraídos los peces). Además, cuenta Ojeda, el 40% de la pesca industrial son descartes,«peces que se devuelven al mar porque no interesan, ya sea porque no son lo que se quería pescar, porque es demasiado pequeño o porque su aspecto no es comercial», agrega.

Oportunidad de cambio

Tras ver los paneles y escuchar las explicaciones de los voluntarios, los visitantes ven un vídeo dedicado al ministro de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, en el que le piden cambios en la ley europea de política pesquera común:«Hay demasiados barcos para capturar tan poco pescado, si esto sigue así, en pocas décadas no nos quedará pescado para comer... Pero claro, esto se corregirá, si no quedan peces, el número de barcos disminuirá y por tanto los stocks se recuperarán, ¿verdad? En realidad no, porque usted y los ministros de pesca europeos han establecido continuamente cuotas pesqueras por encima de las recomendaciones cientifícas». Y termina con: «Esta es la última oportunidad para un cambio.»

Greenpeace también hace hincapié en el número de puestos de trabajo que se perderán si siguen desapareciendo los bancos de peces.«No hay relevo, y si seguimos así no habrá empleo para la cantidad de pescadores que hay, estamos destrozando los océanos», cuenta Ojeda.

Greenpeace califica esta gira como muy productiva, incluso las reuniones con políticos y pescadores, pero no solo eso. Los ciudadanos que visitan el barco y se acercan al mundo de la pesca reconocen la importancia de que se creen este tipo de iniciativas. «Me parece muy importante que se destaque la escasez de recursos marítimos que nos quedan. Es increíble saber las ventajas que se les da a las grandes empresas frente a la pesca tradicional», comenta Meritxell Valls, vecina de Andorra. Lo mismo cree Luis Lozano, turista de Burgos:«Nos ponen frente a nuestras narices la problemática que existe, es muy fuerte que se esté dando una cuota de pesca a los buques tan por encima de la recomendada científicamente».