Los camioneros plantearán batalla a su expulsión de la N-2 en Girona

Este lunes se cumple un mes desde que el 'conseller' de Territori i Sostenibilitat, Santi Vila, lanzó la idea. Sonó a provocación, a improvisación. Advirtió de que pensaba prohibir el paso de camiones por la N-2 en las comarcas de Girona para acabar con los innumerables accidentes. Pero para eso necesitaba un acuerdo con el Ministerio de Fomento para que, como se hace en otros lugares, aplique un descuento a estos vehículos por enviarlos por la AP-7. Pocos días después de ese incremento público de la presión sobre el ministerio se produjo la muerte de una vecina de Bàscara (Alt Empordà) en un choque con un camión, con lo que se sumó la reacción social en el municipio, cansado de sumar víctimas en la vergonzante carretera.

Y mientras los residentes de esa localidad cortan cada día la vía para pedir que se cumpla el compromiso del 'conseller' Vila de expulsar los camiones de la N-2, los principales afectados, los transportistas, se quejan de que no se ha contado con ellos para resolver una situación por la que también se sienten perjudicados. "Hace mucho tiempo que pedimos sin éxito a Fomento que nos escuche", afirma el secretario general de la Associació de Transport de Girona (Asetrans), Carlos Palacio.

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