ABUSOS DE LAS COMPAÑÍAS ALIMENTARIAS

La UE pide miles de tests de ADN por el fraude de la carne de caballo

Extracción de una muestra de carne de lasaña preparada para analizar su ADN, ayer, en Berna (Suiza).

Extracción de una muestra de carne de lasaña preparada para analizar su ADN, ayer, en Berna (Suiza).

ELISEO OLIVERAS
BRUSELAS

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El comité permanente de seguridad alimentaria de la Unión Europea (UE) estudiará hoy realizar una serie de pruebas aleatorias en los platos preparados a base de vacuno y sobre la presencia de medicamentos en la carne de caballo para consumo humano, ante el fraude de la comercialización de carne de caballo como vacuno en platos preparados de lasaña de la marca Findus en varios países europeos. La Comisión Europea propone que esas pruebas sean realizadas en todos los 27 países de la UE, aunque no se hayan visto afectados por ese fraude, como España.

El comisario de Salud, Tonio Borg, quiere que se realicen 2.500 pruebas de ADN en los platos preparados a base de carne de vacuno entre el 1 y el 31 de marzo en el conjunto de la UE para verificar la extensión del fraude. Borg ha propuesto además realizar otras 4.000 pruebas durante un mes en muestras aleatorias de carne de caballo comercializada como alimento en los distintos países de la UE para detectar la posible presencia del antiinflamatorio fenilbutazona, usado como analgésico y contra la fiebre en los caballos, pero con efectos secundarios muy perjudiciales para el ser humano.

La propuesta del Ejecutivo comunitario es de momento una «recomendación», por lo que Borg ofrece a los gobiernos que el presupuesto de la UE asuma la mitad del coste de los análisis (cada test cuesta unos 400 euros) para que los países que no están afectados por el fraude detectado acepten realizarlos. El coste de los controles propuestos asciende a unos tres millones de euros.

DE RUMANIA AL REINO UNIDO / Rumania parece ser el punto de origen de la carne de caballo que apareció fraudulentamente en el Reino Unido y otros países en lugar de la carne de vacuno anunciada en la etiqueta.

Las investigaciones, según datos parciales, apuntan a que los platos fraudulentos salieron de la planta luxemburguesa de Comigel, suministradora de Findus.

Los responsables de Comigel sostienen que compraron la carne como vacuno a la compañía Spanghero, que a su vez dice haberla adquirido como «vacuno de origen europeo» a una firma comercial de Chipre. Esta última asegura que adquirió la carne a otra firma comercial basada en Holanda, que a su vez la compró a un matadero en Rumania como carne equina. La caída de precio de esta carne por los sacrificios masivos de caballos en Rumania parece haber favorecido un enriquecimiento fraudulento por alguna firma intermediaria al vender esa carne como vacuno.

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