nuevas pruebas de descoordinación en la tragedia de halloween

Ira por la fría respuesta del 112 a llamadas desde el Madrid Arena

Un pasillo del Madrid Arena totalmente colapsado en la noche de la avalancha mortal.

Un pasillo del Madrid Arena totalmente colapsado en la noche de la avalancha mortal.

ANTONIO M. YAGÜE
MADRID

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la tragedia del Madrid Arena en la noche de Halloween, el pasado 31 de octubre, causó ayer más indignación, a medida que avanzan las investigaciones y se conocen detalles sobre la descoordinación y la frialdad con que respondieron los servicios de emergencia del Samur a las dramáticas llamadas de socorro de amigos de dos de las cinco jóvenes que perdieron la vida. «Se está muriendo. (...) Por favor vengan ya», se escucha en la primera de las conversaciones grabadas, de las que se hizo eco El Mundo. «Vamos con la chica en brazos. (...) Estamos saliendo hacia el aparcamiento», dice otro amigo. Sin embargo, desde la centralita lo único que les responden es que las lleven al punto donde se encuentran las ambulancias, «hasta la puerta del Ángel con el paseo de Extremadura», a un kilómetro del lugar. Uno de los operadores que atendió las llamadas, con tono distante y desganado, llega a decir: «Oye, ¿has bebido?».

Los servicios de asistencia médica se excusaron ayer con el argumento de que no pudieron entrar en el recinto a falta de agentes de la policía municipal que les abrieran el paso, porque los asistentes a la fiesta les arrojaban botellas y zarandeaban las ambulancias. Una central del Samur se encuentra a tan solo 400 metros del pabellón.

Francisco, el operador que atendió las súplicas de socorro, es un antiguo chófer del parque móvil municipal que optó a una plaza como conductor de ambulancias en el Samur, pero al no lograrla acabó en la sala del 112 del servicio de Emergencias. Ayer se defendió argumentando que él es «técnico conductor de ambulancias, no operador para responder al teléfono» y que en varias ocasiones ha manifestado a la alcaldía su disconformidad con su nuevo destino forzoso y la gestión que se hizo as aquella noche. Francisco también aseguró que él no tiene don de palabra e insistió en que se limitó a cumplir las órdenes que le dieron de que si recibía llamadas del Madrid Arena respondiera que debían sacar fuera a las víctimas. Explicó que desde la una de la madrugada no dejaron de recibir llamadas. «Todas las que entraban eran por comas etílicos», subrayó Francisco, que estuvo acompañado aquella noche de otros tres operadores.

EXPEDIENTE DISCIPLINARIO / Fuentes del Samur aseguraron que Francisco sí recibió el curso de técnico de emergencias, que incluye conocimientos sobre la atención en la central, y consideraron que su actitud fue «inapropiada» y puede ser motivo de la apertura de un expediente disciplinario. Fuentes municipales también cuestionaron la actitud de Francisco, que «ha manchado un servicio de emergencias ejemplar durante años».

El consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, calificó las llamadas de socorro de «estremecedoras» pero defendió la labor del servicio sanitario municipal y aseguró que «hizo todo lo que estaba a su alcance». «Hubo muchas cosas que funcionaron mal aquella noche», admitió sin embargo. Para los abogados de dos de las jóvenes fallecidas, «es terrible» que ahora se desvele «otra imprudencia más». «Las hubo antes, durante y después del suceso, ya que había un servicio médico deficiente y ahora se confirma que ni el Samur funcionó», lamentaron.