SITUACIÓN CRÍTICA EN LA SANIDAD PÚBLICA

El personal del Sant Pau reclama a Sistach que ayude al hospital

Entrada del nuevo edificio del Hospital de Sant Pau, de Barcelona.

Entrada del nuevo edificio del Hospital de Sant Pau, de Barcelona.

ÀNGELS GALLARDO
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El comité de empresa del Hospital de Sant Pau, de Barcelona, ha dirigido una carta al arzobispo de Barcelona, Lluis Martínez Sistach, en la que describe la situación de escasez económica que atraviesa el centro sanitario y su paradójica coincidencia con el abundante patrimonio urbanístico que una de las fundaciones propietarias del centro, presidida por el Arzobispado, ha acumulado en los últimos seis siglos a partir de las donaciones de ciudadanos agradecidos por la asistencia médica recibida. Los representantes de los trabajadores apelan a la Iglesia para que «en estos difíciles momentos históricos» cumplan la Carta Fundacional del hospital, de 1401. Esa escritura original especifica que «todos los bienes del hospital se agrupen» en su ayuda, para constituirlo.

El Arzobispado de Barcelona forma parte de las tres fundaciones que en la actualidad rigen la institución, agrupadas en la Muy Ilustre Administración, en la que también participa la Generalitat. Una fundación se ocupa de gestionar los pabellones modernistas que alojaron la actividad médica hasta hace cinco años, otra se centra en la asistencia sanitaria desarrollada en el nuevo edificio del hospital y una tercera administra los legados inmobiliarios, un patrimonio blindado, ajeno a las necesidades de la fundación que gestiona la asistencia sanitaria.

En esta estructura en líneas paralelas que no se socorren una a otra, el centro sanitario ha abierto este año un expediente de regulación de empleo, justificado en un déficit de 18 millones de euros por una mala gestión previa, y ha reducido más actividad de la estrictamente impuesta desde la Conselleria de Salut. Su actual equipo gestor prepara una reestructuración que, temen los empleados, supondrá una reducción de plantilla y menos actividad asistencial. Por todo ello, el personal sanitario mantiene un encierro en el hospital desde hace tres semanas, acción que no interrumpirán en estas fiestas navideñas.

«Si el hospital está integrado por tres fundaciones es por intereses espúreos de carácter exclusivamente instrumental -dice la carta del comité al Arzobispado-. Estamos seguros de que la Fundació Privada del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, como entidad madre y responsable, cumplirá los principios morales cristianos y, en estos momentos tan difíciles, dará instrucciones para que los trabajadores accedan a los medios económicos que merecen».

NO LO DAÑARÁ / «Esto -añaden-, no supondrá ningún daño irreparable al importante patrimonio que el hospital acumula, que fue expresamente cedido por los ciudadanos para que se destinara a la asistencia sanitaria». Los representantes de los trabajadores explican al arzobispo que la supervivencia del centro sanitario no se conseguirá aplicando nuevos recortes, como, afirman, pretenden sus gestores. «El mantenimiento del hospital no se logrará disminuyendo aún más su actividad -indican-, cerrando camas o quirófanos y aplicando políticas laborales injustas».

«La institución que ustedes representan -concluye la carta al Arzobispado- no puede mantenerse al margen de una situación que perjudica a los más débiles». La misiva, que firma la presidenta del comité, Carme Pérez Martínez, recuerda que el Hospital de Sant Pau es la institución sanitaria con mayor patrimonio de Catalunya, y, «probablemente», la más estable y solvente de España, e insiste en que esos legados fueron donados por ciudadanos que pretendían salvaguardar al centro sanitario.