LA FINANCIACIÓN DE LAS INFRAESTRUCTURAS

Las sombras de los peajes

El estreno del Eix Transversal desdoblado el 4 de enero revela el exceso de pagos diferidos

CRISTINA BUESA
VIC

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Media docena escasa de operarios se repartían ayer por el Eix Transversal (C-25) entre Vic (Osona) y Caldes de Malavella (Selva). Estaban ultimando los detalles para conectar los sistemas de seguridad de algunos de los túneles del macizo de las Guilleries. Quedan pocos flecos. A simple vista, la carretera aparece -para asombro y queja de muchos de los habituales de la vía- completamente desdoblada desde hace semanas. Solo una ristra de conos entre los dos carriles impide el uso.

No obstante, las marcas de frenadas en el asfalto revela que muchos vehículos, de forma imprudente, usan la parte nueva todavía por abrir. El conseller de Territori i Sostenibilitat en funciones, Lluís Recoder, tomó como excusa ayer una visita al centro de carreteras de Vic para referirse al inminente estreno de la C-25. Admitió que no sabe si repetirá al frente del departamento, pero avisó que de todos modos estará presente el 4 de enero, la fecha oficial de la puesta en servicio de los 140 kilómetros de autovía que atraviesa Catalunya de este a oeste.

Un sistema que data del 2003

Con Recoder o sin él al frente de la conselleria, la C-25 desdoblada abrirá con un sistema de peaje a la sombra que, a pesar de que se comenzó a usar en Catalunya en el 2003 (el primero fue el recorrido entre Puig-Reig y Berga de la C-16, estrenado cuatro años después), no todo el mundo sabe lo que significa. Cuando se adjudica una obra, la concesionaria se compromete a ejecutarla y mantenerla durante un periodo de tiempo a cambio de un canon por el uso que se haga. En el caso del Eix Transversal, Cedinsa se ha gastado 721 millones de euros en convertir en autovía esta transitada carretera y será su responsable hasta el año 2040.

El conseller en funciones relató pedagógicamente que, desde el momento en el que se les entregue la obra, cada coche que circule por la C-25 desdoblada entre Cervera (Segarra) y Caldes, de punta a punta, le costará 9,1 euros a la Generalitat. Cada camión, 12,74 euros. El importe final se calcula en función del recorrido. Por este mismo sistema, las arcas públicas desembolsan cada año las partidas correspondientes de la C-35 (Maçanet de la Selva-Platja d'Aro, en el Baix Empordà); la C-17 (entre Centelles, en Osona, y Ripoll) o la C-15 (entre Vilanova i la Geltrú, en el Garraf, y Manresa, en el Bages). Solo en el 2013, los peajes a la sombra supondrán 107 millones de euros. Y, si se suman el resto de pagos diferidos -método alemán, concesiones...-, casi el 50% del presupuesto de la Conselleria de Territori se destina a este fin.

10 millones anuales

Recoder confirmó que el objetivo de la Generalitat es hacer pagar una euroviñeta a los camiones de tráfico internacional que usen el Eix. Esto no sucederá hasta finales del 2013, una vez completados los trámites con Bruselas y decidida la forma de cobrar ese peaje, que reportará unos ingresos de unos 10 millones de euros anuales.

El conseller recordó que «nada es gratis» y que, o bien los vehículos pagan de forma explícita, o lo hace la Generalitat con este método a la sombra. Recoder dejó la puerta abierta a que, sin calendarios y sin concreciones, la C-25 acabe teniendo un peaje para ligeros, una vez se homogeneíce el sistema en Catalunya y pague quien use la infraestructura como aboga la UE.