Ajustes en los servicios públicos

Rajoy 'refunda' la idea de bienestar

El Gobierno aprobará hoy en el Consejo de Ministros recortes en sanidad y en educación «como pasaporte para garantizar el futuro de lo público»

Rajoy, tras ser investido doctor honoris causa por la Universidad Sergio Arboleda de Bogotá, ayer.

Rajoy, tras ser investido doctor honoris causa por la Universidad Sergio Arboleda de Bogotá, ayer.

GEMMA ROBLES

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Desde que Mariano Rajoy perdiera las elecciones del 2004 frente a José Luis Rodríguez Zapatero, la promesa de que si ganaba las elecciones mantendría intacto el Estado del bienestar se convirtió en cantinela repetida en buena parte de sus mítines y actos políticos. Ese mensaje garantista tomó aún más fuerza en boca del entonces líder de la oposición en la legislatura que transcurrió entre el 2008 y el 2011, dado que se incrementó la virulencia de la crisis, así como las posibilidades del PP de arrebatar el poder al PSOE y el miedo de algunos sectores a la posible llegada de la derecha y los recortes sin límite en época de vacas flacas.

Rajoy llegó a la Moncloa hace apenas unos meses con un programa electoral en el que repetía, esta vez negro sobre blanco, que se comprometía a defender el Estado del bienestar. Pero el hoy presidente del Gobierno eludió especificar ante los ciudadanos que ese bienestar tendría menos prestaciones de las hasta ahora disfrutadas, que resultaría más caro para los españoles (obligados a familiarizarse con la palabras «tasas» y «copago» si quieren seguir disfrutando de servicios públicos) y que abriría las puertas de par en par a la gestión privada en sanidad y educación, consideradas tradicionalmente las joyas de la corona. Ese es el plan que Rajoy tenía en mente imponer en España desde hacía tiempo, como confesó en una charla informal con los periodistas que le acompañaron en su viaje a Colombia, y que realmente comenzó a cocinar -con cierta urgencia- en plena Semana Santa, agobiado por una Unión Europea y unos mercados que tenían hambre, ya que no consiguieron saciarse con los durísimos Presupuestos del 2012, que supieron a poco. Ese «pasaporte para garantizar el futuro de lo público» se aprueba hoy en el Consejo de Ministros.

PEDIR COMPRENSIÓN / En la citada charla que Rajoy mantuvo con la prensa en un avión, insistió en que su proyecto no ha sido improvisado; que los recortes (o reformas, como él prefiere llamarlos) estaban listos desde hacía meses y que solo estaba aguardando a aprobar las cuentas del 2012 para hacerlos públicos, ya que los 10.000 millones de ajuste en sanidad y educación no tendrán repercusión en los Presupuestos estatales, sino en los autonómicos, que tendrán que rehacer por enésima vez sus números si quieren adaptarse a las nuevas circunstancias y, de paso, evitar las sanciones que el Gobierno se guarda en la manga en caso de incumplimiento.

Pero lo que más importa al Ejecutivo es que se instale en los ciudadanos la idea de que ellos no recortan bienestar, sino que modifican la forma de gestionarlo por el enorme déficit que arrastran las administraciones españolas. ¿Lograrán los populares hacer calar esa tesis? Está por ver, pero ayer el propio Rajoy lo intentó en Bogotá, en la rueda de prensa con su homólogo Juan Manuel Santos. «Se trata de pedir a algunos ciudadanos unos pocos euros más al mes [...]. Es imprescindible porque en este momento, no hay dinero para pagar los servicios públicos», enfatizó.

Según el jefe del Ejecutivo, el plan de reforma en sanidad (con copago farmacéutico) y educación (con subida de tasas, reducción de carreras universitarias y ajuste de profesores) se ha servido en bandeja a las comunidades para que puedan aplicarlo si lo desean y, de ese modo, salir de la crisis. Y a buen seguro que lo llevarán a la práctica en su gran mayoría, habida cuenta de que los populares gobiernan en casi todo el mapa autonómico. «Estamos tomando decisiones justas y difíciles y pido a los españoles que las entiendan», agregó Rajoy en su comparecencia.

EL PSOE CONTRATACA / En la línea marcada por su jefe, los populares tienen previsto poner en marcha una campaña de propaganda -que incluirá actos políticos y cuñas en medios de comunicación- a fin de avalar los recortes del Gobierno e intentar convencer a los ciudadanos de que los cambios son por su bien y, especialmente, por el de las generaciones futuras, informa Pilar Santos.

Para el PSOE, las explicaciones del PP sobre los recortes llegan tarde y mal. En su opinión, debería haberse hecho antes de aprobar las medidas, y ahora lo único que queda por hacer, según dijo la vicesecretaria general, Elena Valenciano, es convocar una conferencia de presidentes autonómicos, algo que, a su juicio, resulta más necesario que nunca. En cualquier caso, el PSOE va a movilizar a todas sus filas para que se vuelquen por España en la oposición al nuevo tijeretazo, mediante encuentros con sindicatos, profesores y sanitarios. Así que se darán, simultáneamente, dos campañas: una a favor de las medidas, la del PP, y otra en contra, la de los socialistas, que también convocarán próximamente a su consejo territorial, órgano que agrupa a sus líderes regionales. Según Valenciano, Rajoy está tomando medidas para las que «no ha recibido permiso» en las urnas, informa Juan Ruiz Sierra.