El trabajo periodístico del 'caso Óscar'

Empieza con una carta

Felicidad 8 Sánchez, acompañado de amigos y familiares, justo después de quedar en libertad, el pasado miércoles en Nápoles.

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EL PERIÓDICO
BARCELONA

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El detonante es una carta que en abril del 2011 llega más o menos por azar a manos de la estudiante en prácticas Angela Biesot. Se trata de la fotocopia de un mensaje manuscrito que un desconocido vecino de Montgat (Maresme), Óscar Sánchez, envía desde la cárcel romana de Rebibbia, en Italia; en ella explica que está detenido por error, hace hincapié en su situación de desamparo y pide ayuda a las autoridades españolas. Una carta como llegan muchas a las redacciones de los medios de comunicación. Reclusos que tratan de llamar la atención. Básicamente, rutina.

PRIMEROS PASOS

Entrevistar a los vecinos de Montgat

Angela lleva menos de un mes en el diario y como casi todos los estudiantes en prácticas carece de una misión definida, de modo que lo que hace es enseñar el documento al responsable de la información de sucesos, Antonio Baquero. En realidad, la carta no la escribe Sánchez: resulta que no está a su alcance elaborar un mensaje de semejante longitud, así que ha pedido ayuda a un companero de prisión.«Todo era muy extraño»,recuerdan los periodistas: un hombre con apenas educación, sin los rudimentos básicos para explicar su situación en una misiva de cinco páginas, era acusado de actuar como enlace de una organización mafiosa que se dedicaba a transportar cocaína desde Suramérica hasta Italia. Algo no encajaba.

La estudiante en prácticas, el redactor de sucesos y el segundo responsable de temas científicos del diario, Michele Catanzaro -que es italiano, y ya había publicado con Baquero algunos artículos sobre la mafia- van unos días más tarde a Montgat.«Fuimos al autolavado y recorrimos el pueblo, y lo que encontramos es que todos tenían claro que aquello era imposible. Que Óscar fuera un narco era totalmente, absolutamente imposible».Con la información del caso y la incredulidad de los vecinos, el 8 de mayo EL PERIÓDICO publica el primer artículo,El misterio de Óscar. La primera frase es elocuente:«Si aquello de lo que le acusan resulta ser cierto, Óscar Sánchez es un formidable actor».

COMPROBACIÓN

Leer el sumario, verificar la coartada

El misterio de Óscares necesariamente prudente: los periodistas sospechan, pero no tienen indicios concretos que apunten a la inocencia del lavacoches.«Además, para entonces ya habíamos contactado con los carabinieri y con el fiscal antimafia en Italia, y allí no tenían ninguna duda de que era culpable».La indestructible seguridad de las autoridades italianas se traduce el 10 de mayo en una condena firme a 14 años de prisión. ¿Qué hacer?«Seguir investigando. En el peor de los casos seguía habiendo una gran historia: un lavacoches que se las había arreglado para engañar a un pueblo».

Los periodistas entran en contacto con los dos abogados de Sánchez, el que le había defendido en España y el que le representaba en Italia; gracias a este consiguen copias de algunos apartes del sumario, y entonces tiene lugar un momento clave de la investigación:«Ese sumario ubicaba a Óscar en Italia cinco días distintos del 2005 y tres del 2006, en todos ellos cometiendo supuestos delitos relacionados con el tráfico de cocaína. Así que pensamos: vamos a Montgat a comprobar si esos días estaba o no trabajando».A pesar de la condena de la justicia italiana, los periodistas seguían abrigando dudas, y no solo por los testimonios de los vecinos: habían entrado al piso de Sánchez en Montgat y comprobado que vivía con lo mínimo, y echado, por cortesía de su hermano, un vistazo a sus extractos bancarios, y llegado a la misma conclusión: que no era un delincuente acomodado.

«Fuimos al autolavado y a la cordelería donde Óscar había trabajado antes, miramos sus archivos, comparamos fechas y comprobamos que seis de los ocho días que según el sumario había estado delinquiendo en Italia en realidad había estado trabajando. No tenía coartada para un festivo y un día de vacaciones».

LABOR CIENTÍFICA

Encargar un peritaje de voz independiente

La revisión de esos archivos, por un lado, y la audición de los peritajes de voz que habían condenado al lavacoches, y a los que tienen acceso, nuevamente, gracias al abogado de Sánchez en Italia, Fabio Salcina, convencen a los periodistas de que están ante un evidente caso de injusticia, y así queda plasmado en el artículo que publican el 31 de mayo:La coartada de Óscar.«Además, habíamos investigado en Italia, y sabíamos que el perito encargado de la prueba de voz se había equivocado antes en otros casos».Catanzaro, el periodista científico, entra de nuevo en contacto con una experta lingüista de la Universitat Pompeu Fabra a la que había entrevistado en el pasado y le explica el caso. Esta acaba haciendo un peritaje independiente que más tarde sirve como prueba judicial.

Uno de los mejores premios a tanto esfuerzo -el mejor, probablemente, después de la propia y posterior, muy posterior liberación del lavacoches- es la decisión de la policía de abrir una investigación sobre el caso. Ocurre a finales de junio, cuando Baquero recibe una llamada del inspector Antonio Serrano, jefe de prensa de la Policía Nacional.«Teníais razón»,le dice.

UNA PIEZA CLAVE

Sortear la trampa de un DNI vendido

A Sánchez lo condena la justicia italiana con base en dos pruebas: su voz, según el peritaje, casaba en un 90% con la voz del narcotraficante que las autoridades italianas habían grabado interceptando un teléfono móvil; su DNI, además, estaba comprometido en varias reservas de hotel que el narco había hecho en algunas ciudades italianas. Teniendo en cuenta que en la compra del móvil también estaba de por medio el documento de identidad, este resultaba capital en el rompecabezas total del caso.

Sánchez había mantenido durante mucho tiempo la versión de que lo había perdido, o se lo habían robado, pero a finales de octubre los periodistas de El PERIÓDICO averiguaron que no: que él mismo lo había vendido; que le habían dado 1.400 euros por el.«Fue un momento delicado para nosotros, pero lo hablamos y llegamos a la siguiente conclusión: en la cárcel no estaba encerrado por haber vendido su DNI. Estaba encerrado por narco. La injusticia seguía ahí».

CAMUFLAJE

Disfrazarse para ir al juicio definitivo

El epílogo son dos periodistas, Baquero y Catanzaro, vestidos de traje, impecables, para asistir al juicio de apelación final. Hace tres días.«Si parecíamos abogados, íbamos a tener las cosas más fáciles en la sala».Como periodistas no tienen derecho a acercarse a Sánchez, pero sí en calidad de abogados. Que es lo que parecen. Lo hacen: se acercan. Loscarabinieriles miran con recelo, pero los dejan hacer. Sánchez los reconoce. Los mira y les sonríe, y les dice gracias.