El descontento de los funcionarios

Ruptura con Puig

La manifestación 8 Un grupo de mossos del sindicato USPAC corta una calle en Lleida, ayer por la tarde.

La manifestación 8 Un grupo de mossos del sindicato USPAC corta una calle en Lleida, ayer por la tarde.

ANTONIO BAQUERO
BARCELONA

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Hace un año, Felip Puig fue recibido con los brazos abiertos por los mossos d'esquadra. Tras el errático mandato de un Joan Saura que no consiguió sacudirse el sambenito de que la policía le provocaba urticaria, el nuevoconsellerera visto como el tipo duro ideal para una tarea arisca como es comandar a la policía. Sus primeras declaraciones, en las que expresó su admiración y su cariño por la policía de la Generalitat -«tenemos una de las mejores policías de Europa», decía siempre que podía-, avalaron esas expectativas. Empezó entonces una luna de miel en la que, hábilmente, Puig explotó el conocido comoefecto Saura, que consistía en apelar constantemente a los fallos de gestión del anterior equipo de Interior.

El respaldo sin fisuras delconsellertras el polémico dispositivo contra los indignados de la plaza de Catalunya del 27 de mayo llevó incluso a los sindicatos a aplaudir públicamente a Puig.«Por fin alguien nos defiende»,comentó entonces Antoni Castejón, portavoz del Sindicat de Mossos d'Esquadra-CCOO, haciéndose eco de un sentimiento extendido entre los miembros del cuerpo.

Doble discurso

Pero el tiempo pasa y deteriora hasta las más bellas historias de amor. Ayer, Castejón capitaneaba a sus delegados sindicales en la concentración de la comisaría de la plaza de Espanya. Su opinión de Puig ha cambiado radicalmente.«A nivel laboral, este año con Puig ha sido un año perdido. No hemos avanzado en nada»,dice este representante sindical, que reprocha especialmente alconsellersu ausencia en la reunión del miércoles, en que se anunciaron los recortes. «Si tanto nos quiere tenía que haber venido él y dar la cara»,dice.

Entre los sindicatos cunde la impresión de que Puig y su equipo mantienen un doble discurso. «De puertas afuera, todo es apoyo y buenas palabras. Pero de puertas adentro nuestras condiciones no hacen más que deteriorarse»,denuncia David Miquel, portavoz del Sindicat de Policies de Catalunya (SPC), que insiste:«De Puig solo recibimos buenas palabras. Pero nada más».

Recortes al margen, estos representantes sindicales ponen como ejemplo el hecho de que la gran reivindicación del cuerpo, que es la dotación de los chalecos antibalas interiores, sigue estancada.«Mucha palmadita en la espalda a los mossos, pero los chalecos interiores no llegan y además nos han retirado 350 coches. Ni un solo tema de negociación laboral ha avanzado»,dice Valentín Anadon, del Sindicat Autònom de Policia-UGT, que añade:«Puig ha utilizado demasiado los fallos de Saura. Pero ahora quien gobierna es él. A nosotros el pasado ya no nos interesa».