Las dificultades económicas

Trampear para vivir

En el límite de la pobreza, una familia tipo apenas alcanza para pagar comida y vivienda

T. S. / M. J. I.
BARCELONA

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La estadística y el consumo real no siempre se llevan bien, como se aprecia en aquel ejemplo clásico: si una persona se come un pollo y otra ninguno, se han comido medio pollo cada uno. Pero es posible aproximar una estimación que responda a esta pregunta: ¿Hasta qué punto puede consumir una familia que viva en el umbral de la pobreza o justo por debajo de este? Empezando por el final, la conclusión es que esa familia gasta sus escasos recursos en vivienda y alimentación. Y que a partir de aquí trampea para todo lo demás. Y eso, entre quienes siendo considerado pobres no están en la peor situación.

Tomando como base los datos del Instituto Nacional de Estadística, las familias españolas ingresaron de media 24.890 euros en el 2010, un 4,4% menos que en el 2009. El umbral de la pobreza que el INE calcula para una familia compuesta por dos adultos y dos hijos, la elegida aquí como ejemplo, está situado en 15.820 euros anuales. Este es, por lo tanto, el presupuesto teórico de la menos pobre de las familias pobres de cuatro miembros. Aunque con matices -porque los datos son de dos años distintos-, se puede calcular hasta dónde puede llegar una familia pobre si se comparan esos ingresos con el gasto medio por familia en el 2009, dato que el INE también proporciona.

De entrada, la contención será la norma: en el 2009, el gasto medio por hogar fue superior a los 25.000 euros, casi el doble de dinero que ingresa como máximo una familia pobre. El apartado más relevante del gasto es el de la vivienda, contando consumos de agua, electricidad y combustibles. Hace dos años fue 8.951 euros. Es de suponer que ahora ese gasto es igual o mayor, de lo que se deduce que una familia pobre se deja más de la mitad de sus recursos en ello.

ALIMENTOS, OCIO/ Después de la vivienda, en lo que más gastó una familia media fue en alimentos: 4.377 euros. Es decir, el gasto ya va por encima de 13.000 euros. Si una familia pobre mantuviera estos niveles de consumo para vivir y comer, le quedarían apenas 2.000 euros para el resto, a dividir entre padres y dos hijos. Y eso obligaría a empezar a discriminar seriamente el gasto. Sin embargo, todavía quedan partidas de las que cuesta prescindir. El tercer apartado de mayor inversión por familia en el 2009 fue el transporte: 3.643 euros. Dividido, sale a 75 euros por familiar y mes. Desde luego, es algo que a lo que ya no llegaría una familia pobre.

Es probable que los siguientes puntos de la lista ni siquiera estén en la agenda de este colectivo. Según los datos del 2009, fueron hoteles, cafés y restaurantes (2.866 euros por familia); otros bienes y servicios (2.384 euros) y ocio, espectáculos y cultura (2.065 euros).

En España se daba por cierto ya en el 2008 que había más de nueve millones de personas pobres. Los estudios futuros indicarán cómo en los últimos años la población se ha tenido que ajustar el cinturón.

AHORRO/ Hay datos de cómo se ahorró en el 2009. En general, las familias gastaron un 3 % menos que en el 2008. Los datos permiten elaborar una guía de qué es más prescindible. En lo que más bajó el gasto fue en transportes: un 14,9% menos. A continuación, las familias optaron por contenerse en la compra de artículos de vestir y calzar: se invirtió un 8,3% menos que el año anterior en ello. Los gastos en mobiliario y otro gastos de la vivienda se redujeron en un 6%. Hoteles, cafés y restauranes fueron los siguientes: un 4,8% de ahorro.

Hay que tener en cuenta que en el 2009 la sensación de crisis era inferior a la actual. Habrá que esperar para conocer hasta qué punto en el contexto actual los españoles están ahora preparándose para no abrir la calefacción.