Las protestas 2.0

El movimiento de los indignados evitará dar consigna de voto

Los alumnos del IES Francesc Macià, poco antes de iniciar su encierro, ayer.

Los alumnos del IES Francesc Macià, poco antes de iniciar su encierro, ayer.

PATRICIA MARTÍN / MANUEL VILASERÓ
MADRID

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Mientras la red arde de información sobre la marchas de mañana, en las webs que aglutinan el movimiento 15-M y en las redes sociales escasean las propuestas sobre qué hacer el 20-N. Hay entradas a favor de la abstención, otras que piden el voto en blanco o nulo, e incluso partidos que se arrogan la representación de los indignados. Pero el 15-M no va a apoyar ninguna opción. «Lo único que vamos a pedir a la gente es que se informe y tenga criterio. Ni si quiera vamos a pedir el voto en blanco o nulo. Esas decisiones las debe tomar cada ciudadano en conciencia», explica Klaudia Álvarez, portavoz rotatoria de Democracia Real Ya (DRA).

En el momento álgido del movimiento, con los indignados acampados en la Puerta del Sol o la plaza de Catalunya, muchas voces exigían a los activistas que formasen un partido, pese a que el germen del 15-M es el descontento con la clase política y el funcionamiento de la democracia. En aquellos días, a se vislumbraba la dificultad de que una protesta ciudadana tan horizontal y transversal cuajase en la creación de una formación política. Ahora, cinco meses después y a pocos días de que se cierre el plazo para presentar candidaturas, ya está claro que el 15-M no sólo no pretende formar un partido tradicional, sino que muchos de sus integrantes abominan de esta posibilidad.

LOS USURPADORES / «Somos una plataforma apartidista. Eso es inamovible», explica Álvarez, antes de denunciar el intento de algunas formaciones surgidas al calor del movimiento, como el Partido 15-M o Más Democracia, de arrogarse su representación. «Es un caso claro de usurpación porque no es gente que haya estado con nosotros, sino que quieren aprovecharse del apoyo social que tenemos», añade.

En la misma línea, Marta, también integrante de DRY, reitera que su objetivo «no está relacionado con las elecciones». «Lo que queremos es impulsar la participación ciudadana en el día a día de la política. No una vez cada equis años», señaló ayer en la presentación de las protestas convocadas para mañana.

No obstante, los indignados reconocen que su malestar se dirige especialmente contra el PSOE y el PP. De hecho, la plataforma No les votes, integrante del movimiento, sigue animando desde la red a que no se depositen en las urnas las papeletas de los dos grandes partidos, pero tampoco las del PNV ni las de CiU, porque todos ellos, afirma, «se aferran al poder sin permitir la participación activa de la ciudadanía».

Con estos mimbres, los indignados volverán a tomar las calles mañana, a poco más de un mes de las elecciones. Y no será la única protesta. La asamblea de la Puerta del Sol se reunirá hoy para concretar las protestas a desarrollar en campaña, con la vista puesta en que el proceso electoral les dé mayor repercusión.

PARTIDOS TRADICIONALES / Los partidos también trabajan con la hipótesis de que el movimiento, más allá de la gran protesta de mañana, se reactive en la campaña electoral. Aún así, en las sedes políticas cunde la calma. Las protestas no influyeron en el resultado de las municipales y autonómicas del 22 de mayo más allá del aumento del voto de protesta (blanco o nulo). Por ejemplo, en Barcelona, con la plaza de Catalunya en pie de guerra, sólo un 23% de la población tuvo en cuenta mucho, bastante o al menos un poco el malestar imperante. De ellos, un 36% optaron por el voto nulo o blanco, mientras un 31% se reafirmaron en sus convicciones, según Centro de Investigaciones Sociológicas.

Ni siquiera el PSOE, que según las encuestas será el gran damnificado, teme una pérdida de votos debido al movimiento indignado. «Que los votantes socialistas simpaticen con los indignados no les hace quedarse en casa, porque saben que eso significa una victoria del PP», señala un miem bro del comité electoral socialista.

LOS GUIÑOS / Pese a ello, Alfredo Pérez Rubalcaba, desde su primer discurso como candidato, ha hecho varios guiños al 15-M. Y no ha sido el único. Izquierda Unida ha fichado directamente a varios indignados que a título individual van en sus filas incluso como cabezas de lista. Como parapeto a las críticas, fuentes de la coalición subrayan que no pretenden «capitalizar» el movimiento, sino que simplemente hay una «coincidencia de propuestas».

Por contra, Iniciativa per Catalunya no ha captado a ningún indignado pero su candidato, Joan Coscubiela, se ha ofrecido para hacer de «enlace» entre las instituciones y los activistas.