Entrevista con el jefe del departamento

Boi Ruiz: «Estamos en situación de necesidad nacional y nos han dejado solos»

El 'conseller' Boi Ruiz, en un patio interior de la Conselleria de Salut, en Barcelona, el pasado miércoles.

El 'conseller' Boi Ruiz, en un patio interior de la Conselleria de Salut, en Barcelona, el pasado miércoles.

ÀNGELS GALLARDO
BARCELONA

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No se va de vacaciones, aunque descansará una semana en un lugar próximo a Barcelona, con esporádicas visitas a su despacho. La incorporación de Boi Ruiz (Barcelona, 1954) al frente del departamento de Salut coincidió con el diseño y ejecución del primer recorte presupuestario que sufre la sanidad pública de Catalunya desde que existe la Generalitat. Entiende que esa imposición económica es una oportunidad para reorganizar un sistema asistencial que, asegura, ya intentaron racionalizar, sin gran empeño, sus predecesores.

-¿La sanidad pública es una prioridad del Govern?

-Sin duda. Lo afirmo rotundamente, contra todos aquellos que lo ponen en duda. Son legítimas todas las posturas que defienden intereses sociales, políticos o profesionales, pero hay líneas que no se pueden traspasar, y se están traspasando. Se está utilizando a los ciudadanos que protestan.

-¿Cree que las protestas no son espontáneas? ¿Son manipuladas?

-Creo que son espontáneas, pero responden a un mensaje amenazante y negativo que alguien transmite. Le pondré un ejemplo: hemos decidido el cierre definitivo de 22 puntos de urgencias nocturnas que atendían a una media de dos personas por noche, entre ellos el del Hospital de l'Esperança, y los sustituímos por un servicio médico a domicilio. Eso está bien ¿no?, pues se está trasladando como negativo a los ciudadanos.

-A los ciudadanos se les traslada lo que ustedes explican.

-No, no. Nosotros decimos las cosas como son: estamos obligados a hacer ajustes, pero las alternativas que damos son buenas. Los políticos que han estado antes al frente de este departamento, al igual que los expertos en salud y los líderes de opinión lo saben, pero, por la razón que sea, no se pronuncian, o se manifiestan en contra.

-¿Y eso es incorrecto?

-No hay nadie que nos defienda. Estamos solos, cuando lo que estamos haciendo supone una mejora cualitativa para los ciudadanos, que en lugar de ir a las 4 de la madrugada al ambulatorio en invierno podrán recibir al médico en casa.

-Los ciudadanos no ven estas medidas como mejoras sanitarias sino como prioridades económicas.

-Pues no lo son. De hecho, esta reorganización de las urgencias se inició en el 2005. En el 2008 se reordenaron las comarcas de Osona, el Baix y el Alt Empordà y parte de Barcelona. El proceso lo completé yo, cerrando el consultorio de urgencias del Clínic en la calle València. Se atribuyó a los recortes, pero no era verdad.

-Pero sí ha habido recorte, y grave.

-Si, claro. En el primer paquete de medidas rebajamos un 2% la tarifa que cobran los hospitales por la asistencia que prestan, y les recortamos un 3% la actividad financiada. Es decir, han de hacer menos actos médicos y lo que hagan lo cobrarán peor.

-Y me dice que no entiende por qué la gente está protestando.

-Yo entiendo que la gente proteste por la sensación de pérdida que le supone el cierre de un servicio. Eso lo entiendo absolutamente. Lo que digo es que estamos en situación de necesidad nacional y nos han dejado solos. No nos apoya nadie. Esta situación exigiría que el Govern no estuviera tan solo en todo esto. Hemos aplicado unas medidas racionales que años atrás todos defendían.

-¿Quién debería apoyarles?

-Sobre todo hay mucha inhibición. No entiendo a muchos alcaldes que saben perfectamente lo que estamos haciendo, pero se ponen en primera línea de la protesta diciéndonos que ni hablar de tocarles su consultorio. Alcaldes de todos los colores políticos, también de Convergència, aunque menos. No entiendo su posición. En su corazoncito, todos los partidos saben que no había más remedio que hacer estos cambios.

-¿Qué, de todo lo que está haciendo, se debe a un rediseño del sistema, y qué al mandato económico?

-Todo esto se tenía que hacer, pero con mucho más tiempo. Hace muchos años que los diferentes gobiernos repiten aquello de que la sanidad pública no es sostenible tal y como se gestiona. Esto lo dijeron los dos informes Vilardell, que encargó el tripartito, y lo dijo el informe Abril Martorell, en los años 90. Pero nadie hizo nada.

-¿El Informe Vilardell proponía estos recortes?

-Si, bastantes. También decía que el sistema necesita más dinero, pero proponía la reordenación de los hospitales y de la asistencia primaria.

-En enero pasado, usted decía que el sistema sanitario estaba excesivamente dotado y que ahorrar era prioritario. Ahora, está pidiendo que el Estado destine más dinero a la sanidad pública ya que está infrafinanciada. ¿Por qué ese cambio?

-Siempre he dicho lo mismo, con más o menos énfasis. El día que llegué ya dije que el sistema sanitario está insuficientemente financiado. Lo que he dicho después es que, aunque por la circunstancia actual tendremos menos dinero, seremos capaces de mantener la misma calidad asistencial si hacemos mejor las cosas.

-¿Cree que habrá más dinero?

-Todo depende de que los dos grandes partidos, PSOE y PP, se pongan de acuerdo en que hay que financiar mejor la sanidad pública. Cuando decidan que sí, discutiremos de dónde sale el dinero. Yo estoy legitimado para pedirlo, porque Catalunya ha recorrido el camino de los recortes. Los demás aún lo han de hacer.

-¿Por qué solo Catalunya está aplicando recortes en sanidad?

-No solo. El País Vasco hizo el mismo tipo de ajustes hace dos años: cierre de plantas hospitalarias, reducción de servicios de urgencia, menos hospitalización... Lo mismo. Las protestas fueron enormes, pero no trascendieron.

-¿Y el resto de autonomías?

-Todos los gobiernos autonómicos tendrán que hacer recortes en sanidad, o no será posible afrontar el déficit del Estado. Están aguantando la respiración, esperando a las elecciones. Con graves problemas de tesorería.

-Tal vez recortarán de otro sitio, sin tocar la asistencia sanitaria.

-No podrán hacer eso. Recortarán la sanidad. No nos engañemos, no hay dinero.

-¿Y van a seguir aguantando la respiración hasta el 20-N?

-Es lo que me temo, pensando en Catalunya y en España. Si alguien comete el error político de llevar el desastre económico al límite, puede ser muy grave. Estamos al borde de la intervención.