reacciones políticas a las movilizaciones del 19-J

Los grandes partidos avisan de que son la única vía de solución

EL BLANCO DE LAS CRÍTICAS 3 Tanto en las acampadas de las últimas semanas como en las manifestaciones del pasado domingo, los políticos han sido objeto de reproche recurrente. En las imágenes, diversas pancartas y lemas dirigidos contra Artur Mas y F

EL BLANCO DE LAS CRÍTICAS 3 Tanto en las acampadas de las últimas semanas como en las manifestaciones del pasado domingo, los políticos han sido objeto de reproche recurrente. En las imágenes, diversas pancartas y lemas dirigidos contra Artur Mas y F

RAFAEL TAPOUNET
BARCELONA

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«No hay atajos». «No hay milagros». «No hay alternativa a los partidos y la democracia». Los líderes de las principales fuerzas políticas del país respondieron ayer a las decenas de miles de ciudadanos indignados que el domingo salieron a la calle en toda España, y lo hicieron reformulando en clave civil ese antiguo dogma católico que asegura que no hay salvación fuera de la iglesia. CiU, el PSOE y el PP coincidieron en señalar, con grados diversos de convicción, que las demandas del llamado movimiento 15-M merecen ser escuchadas, pero también advirtieron, en insusual sincronía, que los partidos son hoy el único instrumento válido para intentar dar respuesta a las reivindicaciones y tratar de paliar los funestos efectos de la crisis.

AlpresidentArtur Mas le tocó la difícil papeleta de valorar las protestas del 15-J en un entorno poco afín a la pancarta y el conflicto social: la sede de la patronal catalana, Foment del Treball. Mas señaló que comprende las «lógicas» expresiones de malestar de quienes se consideran perjudicados por la crisis sin haberla causado, pero avisó a los indignados de que «no hay atajos, ni milagros, ni soluciones mágicas» para luchar contra el desempleo, informaAntoni Fuentes. «Entendemos las protestas», indicó Mas, que subrayó que la búsqueda de salidas a la recesión «implica a todos y no solo al Govern». Y añadió: «Nosotros tenemos que liderar y poner la cara para recibir las bofetadas de los descontentos».

POLÍTICA SECUESTRADA/ Menos comprensivo con los manifestantes, y menos dispuesto a dejarse abofetear por ellos, se mostró el principal socio de Mas y líder de UDC, Josep Antoni Duran Lleida, que prefirió no distraerse con los matices del movimiento 15-M y alertó a la población de que «la alternativa al capitalismo que algunos predican en la calle» es «la anarquía o el comunismo». Sorprendentemente, en declaraciones a TV-3, el propio Duran admitió sin ambages que en la actualidad el mundo financiero «tiene secuestrada» a la política, una afirmación que está en la base de buena parte de las protestas de estas semanas. El líder democristiano opinó, sin embargo, que ese «secuestro» de la voluntad popular no justifica «el asambleísmo» ni el «ir votando en las plazas», y abogó por «canalizarlo todo a través de las instituciones».

Las reacciones de los dirigentes políticos tras la jornada de protestas no tardaron en derivar en la habitual reyerta entre partidos. Después de que la ministra de Defensa, Carme Chacón, afirmara que algunas de las demandas de los indignados no son solo «razonables» sino también «posibles», Duran la desafió a llevar al Congreso ideas como la circunscripción electoral única o la nacionalización de la banca. «Estoy ansioso por oír a Chacón defendiendo estas propuestas», añadió jocosamente. Esas declaraciones hicieron saltar al cuadrilátero al portavoz adjunto de los socialistas en el Congreso, Daniel Fernández, quien acusó a Duran de «despreciar» a los manifestantes y de «entrar en estado de pánico ante cualquier propuesta que suponga cambio, novedad, innovación o reformas».

UN GESTO/ Más allá de la esgrima verbal, las palabras de Fernández reflejan el interés de los socialistas por vincularse de algún modo a un movimiento que ven con preocupación comprensible. En la reunión de la ejecutiva federal del PSOE, el asunto fue ayer debatido de forma amplia y fueron numerosas las voces que solicitaron un gesto que propicie un acercamiento a los indignados. Acorde con esa pretensión fue el tono empleado por el secretario de organización del partido, Marcelino Iglesias, a la hora de valorar las manifestaciones del 15-J. Iglesias felicitó a los organizadores por el carácter pacífico de las marchas y, sin concretar, señaló que el PSOE comparte «muchas» de sus propuestas para regenerar las instituciones. El dirigente socialista apuntó, eso sí, que «no hay alternativa» a la democracia y a los partidos políticos. También la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, declaró que «no hay que pasar por alto» las razones de los indignados, y el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, aprovechó una reunión de socialistas europeos celebrada en Barcelona para hacer un alegato en defensa de un mayor protagonismo de los gobiernos en la dirección del futuro financiero de los Estados.

Entretanto, los dirigentes del PP siguieron poniéndose de perfil ante un movimiento cuyas razones de fondo prefieren no entrar a valorar. Esteban González Pons, erigido en portavoz principal del partido tras el triunfo electoral de Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha, señaló que su partido «entiende» la indignación por la crisis y el desempleo y agregó que la respuesta debe fundamentarse en «la dignidad» que dan las urnas y los votos y el «cambio» que defiende el PP.

Bastante más disposición a asumir en serio las demandas de los indignados mostró el líder de ICV, Joan Herrera, que propuso que se sometan a «referendos vinculantes» asuntos como los recortes en políticas sociales, la ley ómnibus y la supresión casi total del impuesto de sucesiones.

El portavoz de ERC Ignasi Llorente destacó la «vitalidad» del 15-M y celebró la «vigencia» de los valores republicanos.