La indignación social gestada en internet salta a las calles

El lema se había consensuado en elmuro de Facebook. Había costado mucho, porque poner de acuerdo a centenares de usuarios anónimos de50 ciudades diferentes deEspañay 12 de otras partes del mundo cuesta. Al final se optó porNo somos una mercancía en manos de políticos y banquerosy también se decidió que se convocaría una manifestación el 15 de mayo. La red estuvo de acuerdo. Una pancarta con dicho lema era la que encabezaba la manifestación que el domingo sacó a la calle a unas12.000 personas en Barcelona. En toda España fueronmás de 100.000, según la organización.

En las calles de Barcelona el domingo había militantes de oenegés, estudiantes, personas afectadas por las hipotecas, indignados por los recortes y una larga lista de anónimos. Muchos de los que tomaron la calle ya se habían manifestado el sábado. Y si el sábado personal sanitario y educativo abrigaba la presencia de jóvenes de todo tipo, el domingo la presencia de jóvenes de todo tipo envolvía a personas mayores. Quizá elleitmotivde todos es que, tengan las edad que tengan, sonciudadanos 2.0: se comunican a través de las redes sociales (ayer era el tema más difundido enTwitter); muchos tienen o han tenido un contrato precario pese a tener varios títulos y hablar idiomas; se informan a través de la red, y desconfían de los sindicatos (hubo una larga pitada frente a la sede deCCOO) y los bancos, de los medios y de la gestión de la política actual, pero no de la política.

ConvocabaDemocraciarealya, un grupo que nació hace cuatro meses bajo el nombrePlataforma de Coordinación de Grupos Promovilización Ciudadana. ¿Quiénes están detrás de esta plataforma? La única manera de explicarlo es entendiendo que la red funciona, como indica su nombre, como una gran red: alguien lanza una propuesta y esta o gusta o muere. ¿Quién la lanzó? Se perdió el rastro.

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