el mercado del sexo

Los municipios catalanes, impotentes ante la prostitución en las carreteras

El anuncio del 'conseller' Puig de que se comenzará a multar a prostitutas y clientes después de las elecciones municipales no convence a todos los alcaldes

EDWIN WINKELS / Barcelona

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El anuncio delconseller de Interiorconseller ,Felip Puig, de comenzar amultaraprostitutas y clientes el próximo verano, después de laselecciones municipales del 22 de mayo, agrada a unos alcaldes pero no convence a todos. Dicen que hace falta concretar unproyectogeneral paratoda Catalunya, pero que, de momento, falta cualquier tipo de coordinación. Además, el propio Puig ya admitió que lasolución definitiva solo puede venir delcódigo penal, que es competencia del Estado. Losalcaldesse venimpotentesa la hora de combatir el problema por su cuenta, pese a sus numerosos intentos.

Las medidas han tenido cierto resultado, pero casi siempre de forma temporal. Y no han erradicado el problema sino que solo lo handesplazado a otros municipios y otras carreteras. SiTorderaempezaba a multar a clientes y prostitutas, las mujeres se desplazaban un poco más al norte yVidreres y Sils respondieron rápidamente con su propiaordenanza.

Hasta ahora, cada municipio ha intentado librar la batalla por su cuenta, con más fracasos que éxitos, ya que esta primavera, con el regreso del buen tiempo, las mujeres siguen ahí, como cada año, al borde de la carretera, sobre todo por lascomarcas de Girona. Las medidas son variopintas:ordenanzaspara poder multar a las chicas y sus clientes;vigilantes privados para apoyar a lapolicía local en una persecución casi imposible, e inclusopiedras de gran tamaño para impedir el acceso a lugares donde los clientes suelen aparcar sus coches.

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