EL RECORTE EN SANIDAD

Los hospitales detendrán el 40% de su actividad en verano para ahorrar

Los ciudadanos notarán a partir de abril que los servicios sufren restricciones y mayores demoras

Visita a las instalaciones de diagnóstico de la imagen del Hospital de la Vall d'Hebron.

Visita a las instalaciones de diagnóstico de la imagen del Hospital de la Vall d'Hebron. / Joan Puig

ÀNGELS GALLARDO / Barcelona

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Los directivos de los 64 hospitales públicos de Catalunya nunca se habían sentido tan desorientados y presionados como estos últimos días de marzo. La Conselleria de Salut les ha conminado a que antes del próximo jueves, día 31, tengan redactado su particular plan de choque, un croquis que indique qué servicios, tipos de cirugías y pruebas diagnósticas pueden ser suprimidos o ver reducida su actividad; cómo puede resultar más barata una operación, qué salarios y pluses son susceptibles de mermar o desaparecer y, lo que es más importante, cuántas intervenciones quirúrgicas no urgentes piensan suspender en los tres meses de verano. Este dato permite calcular cuántas plantas de ingreso cerrarán entre julio y septiembre.

El lunes 4 de abril, una vez estudiados todos los planes, el Servei Català de la Salut prevé reunir al sector y emitir las directrices definitivas: quién ha de dejar de atender qué y en qué cantidad. Una labor de ingeniería territorial que ha de tener presente la demografía de Catalunya.

Todos los centros recurrirán con más o menos intensidad al cierre de lo no urgente en verano. Todos, pero más los nueve hospitales que son propiedad del Institut Català de la Salut (ICS), donde prevén «triplicar» la suspensión de quirófanos de los últimos veranos y el consiguiente cierre de camas de ingreso, indican fuentes de los centros. Esta medida significa que los citados centros suspenderán entre un 40% y un 50% su cirugía no urgente. Cerrarán una media de 12 plantas de hospitalización cada uno, lo que permitirá no contratar a 1.300 enfermeras que suplían a sus colegas de vacaciones.

Gerentes y directores enumeran, con ligeras variaciones, unos planes similares. «No hay más salidas», dicen, si, como ha decidido el Govern, la sanidad pública es un objetivo a abaratar. La Generalitat ha ordenado a Salut recortar 1.000 millones de euros respecto del ya escaso presupuesto del 2010.

Los gestores hospitalarios quieren dejar de escuchar el discurso optimista con que el conseller de Salut, Boi Ruiz, inicia sus actos oficiales. Según Ruiz, los usuarios no notarán el recorte en la sanidad pública ya que, dice, «todo se puede lograr mejorando gestión y organización». El presidente de una patronal de centros concertados, Josep Abelló, pidió a Ruiz elpasado jueves que sea realista: «Conseller --le dijo--, necesitamos que el discurso del Govern asuma abiertamente que las medidas de ahorro sanitario afectarán a los ciudadanos, a los trabajadores y a las empresas del sector».

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