POSIBLES SOBORNOS

Los pinchazos telefónicos destapan una trama corrupta en los Mossos

El juez sospecha de la relación de confidentes y traficantes con cuerpos policiales

ANTONIO BAQUERO / JESÚS G. ALBALAT / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las conversaciones telefónicas de un antiguo confidente policial y la intervención judicial de los móviles de presuntos tráficantes de drogas ha involucrado a un grupo de mossos d'esquadra en una presunta trama de narcotráfico y sobornos. La investigación se inició hace meses a raíz de las pesquisas abiertas por las supuestas irregularidades en un atestado de la Guardia Civil, en la que se detallaban la localización de un alijo de droga y la deteción de un narco, y por lo que están imputados varios agentes del cuerpo. A raíz de las invertenciones telefónicas autorizadas por el juez de Barcelona Joaquín Aguirre, la investigación se fue ampliando, hasta desarticular la trama en la que ahora figuran policías autonómicos (uno de ellos está en prisión). En las diligencias judiciales también figura como imputado un funcionario de prisiones. El magistrado sospecha de la relación de los confidentes y narcos implicados con miembros de Mossos, Guardia Civil y Policía Nacional.

Gran parte de la investigación sobre esa supuesta trama que instruye el Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona orbita en torno a las conversaciones telefónicas intervenidas y las declaraciones ante el juez del confidente, Manuel G.C., que también se encuentra entre los imputados, pero solo por posesión de armas. Esta persona es uno de los testigos en otros asuntos de corrupción policial, concretamente en la trama de los clubs de alterne Saratoga y Riviera (Castelldefels) y una que tramita un juzgado de Martorell en la que están imputados guardia civiles, policías y abogados.

Imputados

La investigación, que se inició el año pasado, ha comportado hasta ahora la imputación de tres mossos d'esquadra -uno de ellos, subinspector de Vilanova i la Geltrú (Barcelona), en prisión- y de una quincena de guardias civiles, ninguno de los cuales fue encarcelado por orden judicial.

Los mossos d'esquadra imputados están acusados de haber recibido dinero y regalos a cambio de facilitar información a una red de narcotraficantes o de avisarlos de operaciones policiales en marcha contra ellos.

En la causa judicial se ha investigado también a policías nacionales, aunque de momento no hay ningún imputado porque no hay indicios claros de su participación delictiva, y a varios agentes de policías locales. El juez, en cambio, si que ha imputado a un funcionario de prisiones de la cárcel Can Brians de Sant Esteve Sesrovires que presuntamente habría aceptado un soborno a cambio de un trato de favor a la trama delictiva.

Atestado sospechoso

La investigación se inició a raíz de las sospechas de irregularidades en un atestado policial instruido por la Guardia Civil sobre la incautación de un alijo de droga a un traficante de la comarca barcelonesa del Vallès, lo que comportó la imputación de una quincena de agentes de la Benemérita.

Esa rama de la investigación, que de momento no ha encontrado indicios de corrupción policial, comportó la intervención telefónica de los imputados, uno de cuyos interlocutores era el confidente Manuel G.C., y a raíz de esas conversaciones se descubrió la red de complicidades entre el grupo de narcotraficantes y varios agentes autonómicos.

Más involucrados

La escuchas telefónicas al confidente policial, testimonio clave en la desarticulación de las tramas de corrupción vinculadas a los prostíbulos Riviera-Saratoga y a la banda investigada por un juzgado de Martorell que robó 400 kilos de cocaína del puerto de Barcelona, han puesto bajo sospecha a otros mandos de los Mossos d'Esquadra, así como a policías nacionales y a cargos de la administración. En las conversaciones intervenidas aparecen no solo el nombre de agentes policiales, sino también de juristas y de algún político.