Las distinciones más prestigiosas del mundo

El padre de la fecundación in vitro gana el premio de medicina

Robert Edwards dirigió los trabajos que llevaron al primer bebé probeta

Robert Edwards, con dos niños nacidos gracias a una fecundación in vitro, en una foto de 1998.

Robert Edwards, con dos niños nacidos gracias a una fecundación in vitro, en una foto de 1998.

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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Treinta y dos años después del nacimiento de Louise Brown, el primer bebé venido al mundo gracias a la fertilización in vitro, el Instituto Karolinska de Estocolmo concedió ayer el Nobel de Medicina al científico británico que hizo posible aquel hito: Robert Edwards. El jurado destaca que las técnicas desarrolladas por él abrieron la esperanza al 10% de las parejas de todo el mundo que, según diversos cálculos, tienen problemas de fertilidad y dificultades para concebir. Su compañero en los trabajos, Patrick Steptoe, falleció en 1988.

Las técnicas de fertilización in vitro parecen ya cotidianas atendiendo a los cuatro millones de niños que han venido al mundo con la técnica iniciada por Louise Brown. Sin embargo, como recuerda el jurado, Edwards realizó sus trabajos con los medios de los años 70 y entre una gran controversia ética. «Mis compañeros decían que estaba loco al intentarlo -declaró con posterioridad-, que los niños saldrían con malformaciones».

INDIGNACIÓN DEL VATICANO / El galardón -informaIrene Savio- irritó al Vaticano, que reiteró sus discrepancias: «[Sin la labor de Edwards] no tendríamos un mercado donde se venden millones de ovocitos (...) y no habría en el mundo un gran número de congeladores llenos de embriones».

Edwards (Manchester, 1925) estudió genética animal y se doctoró en la Universidad de Edimburgo. En 1963 ingresó en la de Cambridge y, seis años más tarde, logró por primera vez fertilizar un óvulo totalmente fuera del cuerpo femenino, con lo que consiguió el reconocimiento de la comunidad científica. «Jamás lo olvidaré -dijo luego Edwards-. Miré con el microscopio y vi algo extraño en los cultivos: había un blastocito humano que me estaba mirando».

A continuación comenzó a estudiar cómo implantar el óvulo fecundado en el útero de la madre y descubrió los avances en el campo de la cirugía de quien poco después sería su compañero de investigación, Patrick Steptoe. El primer intento tuvo lugar en 1972, pero fracasó a la 13ª semana de gestación. Sin embargo, sus fuerzas no decayeron. El trabajo definitivo llegó en 1977, cuando el matrimonio Brown llamó a la puerta del laboratorio. Lesley, la mujer, no tenía trompas de Falopio y precisaba de un «milagro» médico para quedarse embarazada. Edwards y Steptoe hicieron sus cálculos, aplicaron sus últimos avances y el 25 de julio de 1978 nació Louise. En 1980, Edwards y Steptoe fundaron en Cambridge la primera clínica especializada en fecundación.