La gestión de la pluralidad

"Así están más motivados"

Trabajadores de Escorxador de Girona, donde se aplican planes de atención a la diversidad.

Trabajadores de Escorxador de Girona, donde se aplican planes de atención a la diversidad.

F.M.
BARCELONA

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Para Josep María Puigverd, gerente de la empresa Escorxador de Girona, tener en cuenta la diversidad de procedencias de los trabajadores a la hora de dibujar horarios y planes de trabajo es «muy simple y complejo al mismo tiempo. El principio fundamental es que lo más importante son las personas, independientemente de donde sean».

Se trata de algo simple si se explica, por ejemplo, que durante el Ramadán los trabajadores musulmanes aprovecharon uno de los descansos de madrugada para desayunar. Recuperaban el tiempo cuando el resto desayunaba más tarde. Es complicado, en cambio, cuando algún trabajador inmigrante no acepta esa misma diversidad con actitudes racistas. Pero Puigvert lo tiene claro: «Hemos confundido inmigración con explotación de personas, y con nuestras medidas hemos conseguido una implicación mucho mayor de los trabajadores» en un sector que se juega mucho en cuanto a la seguridad alimentaria y en un trabajo en cadena «que es muy duro y que con estas prácticas internas intentamos dignificar».

Beneficios parecidos a los que dice recoger la firma SADA Catalunya, dedicada a la cría, sacrificio y venta de pollos. «Hemos conseguido reducir la rotación de trabajadores y fidelizar a los que tenemos», explica Pere Pauné, director gerente. ¿El método? La figura de una asistente social que ayuda al tercio de extranjeros que componen la plantilla a buscar piso, trámites para la reagrupación familiar y la gestión de las becas de comedor. Algo que también sirve para los autóctonos, añade Pauné, aunque estos ya conocen mucho mejor la realidad social y laboral, obviamente. «Obtenemos de todo ello un beneficio en cuanto a calidad alimentaria, porque solo recibimos 1,3 reclamaciones por cada millón de bandejas de pollo que suministramos a Mercadona», sostiene con orgullo Pauné. En cambio, la firma no se plantea flexibilizar horarios para rezos o prácticas religiosas porque no ha recibido peticiones al respecto en una plantilla en la que el tercio de extranjeros también se divide en tres áreas de procedencia: países del Este, África y Suramérica.

El grupo de hoteles Majestic, con una plantilla de 400 trabajadores, permite a las trabajadoras de la limpieza musulmanas flexibilizar sus horarios para seguir el Ramadán, o a una mujer filipina poder asistir a una misa católica un sábado. La responsable de recursos humanos, Mari Carmen Vicente, reconoce que todo ello obliga a hacer encaje de bolillos con los calendarios. «Pero que todo el mundo esté cómodo se nota a largo plazo en la fidelización y el agradecimiento de los empleados», concluye.