CONFLICTOS

Extremadura veta el toro embolado a los dos días del blindaje catalán

Un toro herido con dardos y otros objetos punzantes lanzados por el público, en Coria (Cáceres) en 1997. Esta práctica fue prohibida hace dos años.

Un toro herido con dardos y otros objetos punzantes lanzados por el público, en Coria (Cáceres) en 1997. Esta práctica fue prohibida hace dos años.

ÓSCAR TORAL / Barcelona

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Les convendría a los toros aprender geografía. A partir del 2012 no podrán ser lidiados en territorio catalán y sí en el resto de España -salvo en Canarias-, mientras que desde el próximo enero no se les podrán colocar bolas de fuego en los cuernos en Extremadura, pero sí en Catalunya y otras comunidades; la vida del astado, por tanto, será muy distinta en función del lugar donde paste.

El Consejo de Gobierno extremeño prohibió ayer los toros embolados y ensogados a fin de erradicar «cualquier atisbo de maltrato» del animal en los festejos taurinos populares. El Ejecutivo autonómico aprobó su nueva regulación sobre estos espectáculos solo dos días después de que el Parlament de Catalunya blindara los correbous, incluidas las modalidades que ahora Extremadura ha proscrito. Las comparaciones saltan a la vista.

El primero en subrayarlas fue el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara. «No entiendo como en alguna parte de España se pueda tener un discurso para prohibir las corridas y uno distinto para los festejos populares», comentó antes de destacar la «incoherencia» de las decisiones del Parlament sobre el tema. Preguntado por si es incoherente vetar los toros embolados por respeto al animal y preservar la lidia, Vara respondió a EL PERIÓDICO que el «arraigo cultural e histórico» de las corridas «impide equipararlas» con las celebraciones populares.

ESPECTÁCULOS OLVIDADOS / El reglamento extremeño prohíbe los festejos que consistan en embolar las astas de los animales prendiendo fuego al material de las bolas y aquellos en los que se sujeten antorchas o elementos similares a sus cuernos. También proscribe atar reses a un punto fijo para limitar su movimiento, salvo que ello sea necesario para su recogida. Estos espectáculos hace más de 10 años que no se celebran en Extremadura, si bien gozaron de cierta tradición en localidades como Villanueva de la Serena y la propia Badajoz. El propósito de cerrar la puerta a la posibilidad de que algún colectivo trate de recuperarlos es el que ha inspirado la nueva norma, que también veta formalmente usos como el lanzamiento de dardos contra el toro, como ocurría en los Sanjuanes de Coria (Cáceres) hasta que la práctica fue proscrita hace dos años.

La regulación cifra en 18 años la edad mínima para tomar parte en festejos taurinos populares, si bien se permite a los mayores de 16 años participar en los espectáculos con reses consideradas no peligrosas. Esta es solo una de las diferencias de la norma extremeña con la catalana, que fija el límite en los 14 años. El texto recién aprobado por el Parlament precisa los requisitos de las distintas variedades de los correbous. En el caso del toro embolado, por ejemplo, determina que las bolas de fuego de los cuernos no permanecerán encendidas más de 15 minutos.

REACCIÓN DE CIU/ El diputado de CiU Francesc Sancho, uno de los impulsores de la regulación catalana, expresó ayer su extrañeza por las acusaciones de Vara: «Me sorprende que hable de incoherencia un presidente que prohíbe el toro embolado y mantiene las corridas con muerte del animal». Más allá fue la Agrupació de Penyes i Comissions Taurines de les Terres de l'Ebre, la zona de Catalunya con más tradición de correbous. «Es una medida oportunista que parece una réplica a la decisión del Parlament. En todo caso, confiamos en que no se extienda a otras autonomías», manifestó Ximo Martí, vicepresidente del colectivo.

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