URBANISMO Y CONVIVENCIA

El mejor Remei de Vic

La reforma del barrio con más inmigración ayuda a superar el conflicto del padrón

Una de las calles del barrio del Remei de Vic, el pasado jueves.

Una de las calles del barrio del Remei de Vic, el pasado jueves.

PERE PRATDESABA / Vic

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La reforma más importante de los últimos 20 años en Vic, que ha supuesto una inversión de ocho millones de euros, se inaugura hoy en el barrio del Remei, un barrio con un índice de población inmigrante por encima del 30% en algunas zonas. «Las obras del barrio del Remei han finalizado. Ahora es el turno de los vecinos», dijo el alcalde, Josep Maria Vila d'Abadal (CiU) con la obvia intención de subrayar que la renovación va más allá de lo meramente urbanístico. Y es que la masiva llegada de inmigrantes a barrios de Vic como el del Remei acabó generando tensiones que a principios de este año confluyeron en el intento del Ayuntamiento de delatar a los sin papeles que se empadronaran en el municipio. Un culebrón que llevó a Vic a una notoriedad no deseada.

Las obras, que forman parte de la ley de barrios del Govern, han consistido en la renovación de canalizaciones y alumbrado, la ampliación de aceras y la habilitación de calles de sentido único y carriles bici. También se han abierto zonas verdes, un aparcamiento subterráneo y un centro cívico. El proyecto busca «priorizar a vecinos y comercio», explica el concejal de planes de barrio, Josep Rafús.

El Ayuntamiento espera que la reforma del barrio del Remei contribuya a la mejora de la integración de los extranjeros. Pero Santi Collell, presidente de la Associació de Veïns del Remei, matiza que son dos temas distintos. «Es bueno que la gente se sienta a gusto con el barrio. Es un inicio. Pero la convivencia no depende de unas obras», apunta. Collell reconoce que la vida del barrio sufre «pequeños problemas» entre los vecinos, tanto autóctonos como inmigrantes. «Pero una cosa tengo clara, en unos cinco años el barrio del Remei será el más cotizado de la ciudad», predice. En este sentido, y en un guiño a la población autóctona, el alcalde pidió a los vecinos que no abandonaran la zona. «Tenemos un barrio de primera donde vale la pena vivir», apuntó, eufórico.

Diálogo tras la amenaza

La finalización de las obras coincide con un periodo de calma en la ciudad, tras el terremoto del padrón, que azotó los cimientos del propio equipo de gobierno, formado por CiU, PSC y ERC. Tras la renuncia del consistorio a poner en práctica su política delatoria hacia los inmigrantes en situación irregular, se han establecido nuevos puentes de diálogo entre el gobierno municipal y las asociaciones de inmigrantes. Entre ellos, destaca una comisión que mantiene reuniones periódicas para tratar temas de inmigración. «El padrón es un tema olvidado. Ahora estamos actuando juntos en muchos ámbitos», asegura Mohamadi Bowzziane, de la entidad Amics Amazigh. Hamid, del Centre Islàmic de Vic, abunda en ello: «Se está trabajando mucho para la integración y el diálogo».

Toni Iborra, portavoz de Veus Diverses, comparte la idea de que «se ha reconducido el tema». Aun así, advierte de que el papel de la comisión de inmigración es «limitado», ya que solo tiene carácter consultivo.