Estupefaciente en alza

La sanidad pública desconocía el consumo de basuco en Catalunya

ANTONIO BAQUERO / Barcelona

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La escasez de decomisos y una confusión generada por denominar con un mismo nombre dos sustancias distintas han hecho que los organismos de salud pública dedicados a la lucha contra el consumo de drogas no hayan podido detectar la irrupción del basuco, algo que sí han constatado policías locales y mossos d'esquadra a pie de calle.

La confusión afecta al crack -pequeños cristales de gran pureza producto de la evaporación de las sustancias añadidas a la cocaína- y al basuco propiamente dicho -el desecho químico de la pasta base de la cocaína-. En España, al primer estupefaciente también se le suele llamar basuco. Ambas drogas comparten fuertes y efímeros efectos y un enorme potencial adictivo.

Así, tanto Carmen García Moya, delegada del Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad, como Joan Colom, subdirector general de Drogodependència y Sida de la Conselleria de Salut, han declarado a este diario que lo que en España se conocía hasta ahora como basuco es el crack y que hasta ahora no se tenía constancia de la llegada del residuo de la cocaína que tantos estragos ha hecho en Suramérica.

DETERMINAR DE QUÉ SE TRATA / «Aquí al crack se le llama basuco y lo toma aquel toxicómano que lleva muchos años de consumo y que busca una sustancia muy potente para que le haga efecto. No nos constaba la llegada de esa otra sustancia de residuo y nadie, ni los centros de atención ni ninguna entidad policial, nos había informado de su llegada. Tampoco nos cuadra que a alguien le interese arriesgarse a traficar con una droga así. Pero trabajaremos para ver si ha llegado y, si es así, determinar qué es», explicó Colom.

«Habría que analizar ese producto en el laboratorio», dijo García Moya, que insistió en que, hasta ahora, «cuando en España se habla de basuco se habla de crack», informa Antonio M. Yagüe.

Sin embargo, los policías que patrullan la calle sí han topado con esa nueva realidad. De hecho, ya en el 2008, en una operación en el Raval, los Mossos se incautaron de 600 dosis de basuco. «El basuco o el teke que vemos tomar a chicos no tiene nada que ver con el crack; lo que fuman estos chavales es un residuo químico muy barato, parecido al de Suramérica», dice un mosso.

Otro policía especializado en tráfico de drogas destaca que ese residuo no se importa, sino que se produce en Catalunya. «En ocasiones, la cocaína llega mezclada con otras sustancias. Una vez aquí, los narcos han de separar la droga de esos productos. El desecho de esa separación es lo que se vende como teke o basuco por entre 10 y 20 euros la papelina de un gramo», dice ese responsable policial.

CONSUMO DOMÉSTICO / Mientras, mediadores sociales que trabajan en Barcelona y en localidades de sus alrededores explican que en muchas ocasiones los jóvenes que fuman basuco son chicos de familias desestructuradas que consumen esa droga en el interior de sus hogares, aprovechando la ausencia de sus padres.