Especie en peligro

Nacen en Murcia los primeros atunes en cautividad de Europa

Tanque para la recogida de huevos en Cartagena.

Tanque para la recogida de huevos en Cartagena.

ANTONIO MADRIDEJOS
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los primeros alevines de atún rojo nacidos en cautividad en Europa nadan desde hace dos semanas en unas instalaciones marinas situadas cerca de la bahía de Cartagena. Pesan apenas 50 gramos, muy lejos de los centenares de kilos que pueden alcanzar cuando son adultos, pero son un hito biológico porque al menos 60 han logrado sobrevivir a los traumáticos estadios de huevo y larva. «Aunque la domesticación de la especie queda aún lejos, hemos dado un paso esencial», afirma Fernando de la Gándara, responsable de la investigación en el Instituto Español de Oceanografía (IEO). Un avance que, si se consigue mejorar, podría ayudar a frenar la sobreexplotación pesquera de esta especie en los mares de todo el mundo.

Estos pequeños atunes difícilmente llegarán a adultos porque el índice de supervivencia es por ahora ínfimo, asume el científico. Pero al mismo tiempo se muestra confiado en mejorar la técnica y que el ciclo reproductor se cierre en los próximos años. «Quién nos iba a decir hace unas décadas que criaríamos tan eficazmente lubinas y doradas», añade De la Gándara.

LOS JAPONESES, PRECURSORES / Cerrar el ciclo, la gran aspiración comercial, significa que un atún criado y alimentado en cautividad ponga un huevo, que ese huevo prospere hasta convertirse en un atún adulto y que vuelva a haber una nueva remesa de huevos. Y en plan industrial. «En Japón, que son los más avanzados del mundo en este campo, llevan muchos años trabajando con atunes y apenas logran la supervivencia de unos pocos ejemplares», precisa el investigador.

EL PROCESO / Los atunes de este proyecto nacieron en julio en unos laboratorios del IEO en el Centro Oceanográfico de Murcia, en San Pedro del Pinatar, a partir de miles de huevos recogidos en unas granjas de engorde de atún instaladas mar adentro. Los investigadores los capturaron gracias a unos colectores especiales que filtran el agua y luego los trasladaron con suma rapidez hasta los tanques de cría porque los huevos se deterioran en poco tiempo. Algunos fueron llevados a centros colaboradores en Francia, Grecia e Israel, entre otros destinos.

Con posterioridad, los selectos ejemplares que lograron prosperar hasta la fase de alevín, los citados 60, fueron trasladados en camión y luego en barco hasta las mismas granjas de origen. «Los supervivientes están en buenas condiciones y se alimentan con normalidad», subraya el Instituto Español de Oceanografía. Los juveniles, que ahora tienen unos 70 días de vida, ya reciben la misma alimentación que los atunes adultos que se capturan en mar abierto con cercos para ser engordados. «Tendrían que llegar al menos a los 150 gramos para considerarlos viables», dice De la Gándara.

Hasta hace poco se pensaba que los atunes no criaban en cautividad porque se trataba de peces migratorios, es decir, que necesitaban recorrer grandes espacios para desarrollarse con normalidad. Sin embargo, estudios recientes, tanto en Murcia como en Catalunya, han demostrado que el problema no es ese, porque las puestas se producen incluso en las granjas de engorde.

CUELLO DE BOTELLA / El «cuello de botella» se sitúa en la transición desde la fase de huevo hasta el alevín viable. «Allí es donde se debe trabajar a fondo», explica De la Gándara. Lo fundamental parece ser la dieta, el alimento más adecuado para que la larva sobreviva, pero no se descartan otros factores como la temperatura del agua y la iluminación de los tanques, tanto el grado de intensidad como la fotoperiodicidad (duración de las horas de sol y oscuridad). El grado de salinidad no parece influir porque los investigadores trabajan con la misma que hay en el mar, pero en los otros aspectos se van combinando factores en busca de la fórmula milagrosa.