Los programas de actuación de la oenegé

MAITE CALVO, PROGRAMA DE ALIMENTOS: "Me pone enferma ver la comida que se tira"

Maite Calvo carga un cartón de leche en la moto de su amiga Susi.

Maite Calvo carga un cartón de leche en la moto de su amiga Susi.

E. W.

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Bastantes cartones de leche, unos cuantos paquetes de galletas, una botella de aceite de oliva, dos botes de judías, cuatro de cacao...«La leche me sirve para todo el mes»,dice Maite Calvo, vecina de L'Hospitalet de Llobregat, al recoger su lote de ayuda alimentaria de la Cruz Roja. Se queda sorprendida por la generosa cantidad que le toca este mes, hasta el punto de que le hacen falta tres viajes en la moto de su amiga Susi para llevar la comida a casa.

No, no le da vergüenza tener que recurrir a este tipo de ayuda:«Todo lo hago por mis niños, para que no pasen hambre». Con tres hijos propios y un sobrino a su cargo, Maite sostiene a una familia numerosa:«Solo trabajo yo; además, cobro 830 euros al mes y en el alquiler del piso ya se me van 615». Fue derivada por la asistenta social a la Cruz Roja, igual que las otras 1.141 familias que han acudido este año a esta dependencia, que cubre tres barrios. A lo largo de todo el 2009 fueron 1.200, y el número sigue creciendo.«¿Perfil de usuario? No hay. Vienen todo tipo de familias», dice Gemma Carrasco, técnica de la oenegé. Los alimentos proceden de excedentes de la Unión Europea.

Y excedentes hay por todos lados, asegura Calvo, encargada de limpieza en un geriátrico:«En la residencia sobra comida y, con permiso de la dirección, me puedo llevar codillos, merluza y pollo a casa. Me pongo enferma cuando veo todo lo que se tira».