Tarragona amplía el puerto para acoger cruceros de lujo

Tarragona se ha puesto manos a la obra para tener a punto un muelle de cruceros en el 2011 con el fin de aprovechar el gran tirón económico y turístico que genera este sector. Las autoridades portuarias, el ayuntamiento, la diputación y la cámara de comercio están convencidas de que la ciudad puede ofrecer una buena alternativa a los grandes cruceros que no caben en Barcelona debido a la saturación. Esta sinergia también es posible porque ambas instalaciones están gestionadas por el Estado, ya que son consideradas de interés general. Si la nueva oferta se consolida, Tarragona podría convertirse en un claro rival del puerto de Palamós (Baix Empordà), gestionado por la Generalitat, que en la actualidad es el segundo destino de cruceros de lujo de Catalunya.

El objetivo a largo plazo del Port de Tarragona es ganar terreno al mar para impulsar su actividad turística con una terminal de cruceros. Para no perder las oportunidades que puedan surgir hasta que la ampliación esté acabada, los responsables del puerto han pensado en una solución de urgencia para habilitar un muelle provisional.

PASAJEROS Y MERCANCÍAS Esta instalación se situará en la prolongación del dique, en la parte más alejada de la zona industrial, para que el tráfico de pasajeros no se mezcle con el de mercancías. El muelle provisional de cruceros tendrá unos 600 metros de longitud y capacidad para dos navíos. «Ya hemos invertido casi dos millones de euros en dos cajones de hormigón que hay que sumergir para hacer la plataforma giratoria que facilite la circulación de los autocares. El resto del muelle puede costar medio millón de euros más», explica Josep Antón Burgasé, presidente del Port de Tarragona. «El año próximo podemos hacer las inversiones que faltan, y en el 2011 ya se podrán recibir cruceros», añade.

Al margen de las instalaciones, la viabilidad de este proyecto también depende de que una naviera se comprometa a utilizar el puerto de Tarragona como escala o como punto de origen y destino de sus barcos. «Creo que con el trabajo de la Administración y las empresas, que son las que tienen que atraer a las navieras, tendremos una marca turística de calidad y de interés para los cruceristas», apunta Burgasé.

El director del Port de Tarragona no quiere hablar de rivalidad con Palamós, y asegura que esta iniciativa no intenta competir con el puerto gestionado por la Generalitat. «Ellos tienen una referencia turística que es la Costa Brava, Figueres y el Museu Dalí. Por lo tanto, lo importante es la oferta turística, no el puerto», insiste. No obstante, a nadie se le escapa que más de una naviera puede optar por cambiar de escala si las condiciones son buenas. Tarragona también cuenta con una amplia oferta turística y cultural que puede atraer a este tipo de clientes.

IMPACTO ECONÓMICO El sector de los cruceros de lujo tiene un importante impacto económico en las poblaciones en las que recalan estos barcos. Manel Nadal, secretario de Mobilitat y responsable de Ports de la Generalitat, explicó recientemente que los estudios de la Unión Europea concluyen que cada pasajero de un crucero gasta una media de 60 euros diarios en los puertos donde el barco hace escala. Esta cantidad se reduce a 25 euros en el caso de los tripulantes. El puerto de Palamós ha recibido este año la visita de 32 cruceros, con un total de 34.554 pasajeros y 13.566 tripulantes.

Según Nadal, el impacto económico que ha dejado esta temporada se acerca a los 1,9 millones de euros, si también se tienen en cuenta las tasas. Un apetitoso pastel que se multiplica cuando los puertos son origen o destino de los barcos, porque entonces se prolonga la estancia y hay que sumar las pernoctaciones de los pasajeros en la localidad.