entrevista con el nuevo equipo directivo

Mariona Carulla: «El fraude de Millet y Montull no ha sido solo al Palau sino a la sociedad»

Mariona Carulla, en el terrado del Palau de la Música.

Mariona Carulla, en el terrado del Palau de la Música.

J. G. ALBALAT / MARTA CERVERA
BARCELONA

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El tándem formado por Mariona Carulla y Joan Llinares ha dirigido el Palau desde poco después de que el 23 de julio los Mossos entraran en el edificio, símbolo del catalanismo, y su entonces presidente, Fèlix Millet, saliera por la puerta de atrás acusado de fraude. Ambos lideran la refundación del Palau.

–¿Qué ha sido lo más duro?

–Mariona Carulla: Descubrir todo lo que Fèlix Millet había hecho, todo lo que ha robado al Palau. Descubrir que te han estafado. Es bonito poner orden en una casa y más en una institución tan querida en Catalunya como el Palau.

–Pero poner orden en una casa tan desordenada...

–M.C: Si lo hiciera yo sola quizá habría tenido un ataque de corazón, pero tengo el gran apoyo de Joan Linares, que es quien realmente lleva la parte ejecutiva. ¡Hasta mi marido teme que me abandone!

–Joan Llinares: Es una situación extraordinaria. En unos plazos inusualmente cortos se ha hecho un trabajo de investigación muy serio y riguroso que ya está en el juzgado. Continuaremos colaborando con la justicia pero estamos en una fase de rediseñar la organización.

–¿Qué opinión le merece el juez?

–M.C: Creo en la justicia, pero me sorprende que Millet siga tranquilamente en la calle. A nivel social duelen cosas como que vaya a un restaurante al salir del juzgado.

–¿Él y Montull deberían estar en la cárcel?

–M.C: Me remito a lo que dijo el señor Tresserras, el conseller de Cultura, que dijo que sí.

–¿Millet ha hundido la institución?

–M.C: El Palau es suficientemente fuerte, importante y con un bagaje a lo largo de estos cien años que por suerte no se hunde por una persona. Ha hecho daño pero no ha hundido la institución.

–Si Hacienda no llega a descubrir la salida de dinero, en billetes de 500, ¿Millet continuaría estando aquí?

–M.C: Muy probablemente. Al principio pensé que no podía ser. Pero a medida que se indaga y aparecen diferentes maneras de defraudar y llevarse dinero, la sorpresa y la indignación van en aumento.

–Pecaron de exceso de confianza.

–M. C: En la primera reunión tras el registro, muchos ponían la mano en el fuego por Millet. ¡Tendría que haber muchos mancos!

–¿Cómo será el Palau del futuro?

–J.LL: Esperamos poder explicarlo dentro de tres meses. Hay varias comisiones en marcha y la próxima semana empezará a trabajar el grupo de trabajo que aglutina a la representación del Orfeó, de la Fundació y del sector público, el Consorci. Ellos decidirán el modelo organizativo a seguir.

–Millet empezó sus actividades irregulares hace años y parece que nadie se enteraba de nada o se miraba hacia otro lado...

–M. C: No se miraba a otro lado, se miraba lo que te enseñaban. Con lo que te mostraban no deducías que sustraían dinero.

–J. LL: Las auditorías fueron insuficientes para detectar lo que ocurría. El nivel organizativo de la trama estaba muy desarrollado. Es imposible que lo hiciese una sola persona, ni dos. Necesitaban una infraestructura que cogía las facturas, las tramitaba, cambiaba dinero de unas cuentas corrientes a otras, determinaba qué cuentas corrientes contabilizaba y cuáles dejaba en la zona oscura de la no-contabilidad... Millet era el líder de la trama, pero sin esas otras personas habría sido inviable un engaño así durante tantos años. A partir de este suceso se ha visto que es imprescindible reformar todos los sistemas de auditorías y de control.

–El capítulo de la obras de ampliación y remodelación está aún pendiente. ¿Qué pueden avanzar?

--J. LL: La parte que ahora se está auditando es la de los contratos grandes. Se está trabajando. Es una labor en la que se necesita la colaboración de las empresas y tener la información de las administraciones, que ya la han aportado. Se debe contrastar la información que se tiene aquí con los expedientes justificativos de cada subvención.

–Señora Carulla, ¿cómo calificaría la acción de Millet?

--M. C: No se entiende. Es una persona que no tenía ninguna necesidad de perpetrar este fraude continuado. ¡Y de esta magnitud!

–En los periódicos se han utilizado varios sinónimos, ya sea robo, expolio, saqueo, pillaje, estafa...

--M. C: Esto es semántica.

–Sí, pero ¿qué palabra elige?

--M. C: Un fraude. Un gran fraude.

--J. LL: Si se pueden añadir calificativos, es un gran fraude social y cultural, en el sentido de que el defraudado, independientemente de que haya sido una entidad con nombre y apellidos, también lo ha sido el conjunto de la sociedad, porque los fondos vienen de empresas, de familias y de las administraciones, cuyo dinero procede de los impuestos.

–Otros perjudicados también han sido los patronos, que han donado mucho dinero que ha sido robado.

--M. C: Los patronos se sienten estafados.

–Regresemos al futuro. ¿Qué pasará con el proyecto del hotel?

--J. LL: De momento está parado.

–Musicalmente, por ejemplo, de la línea que seguía el Palau, ¿qué les gustaría cambiar?

--M. C: A ver, lo que ha hecho el Palau hasta ahora no se puede despreciar. Tenía una buena oferta, tenía 150 conciertos, unos de ellos magníficos. Habrá que replantearse el Palau 100. Hay cinco o seis ciclos que se pueden mejorar, pero todo esto pasará por la comisión artística que se va a crear y por el director artístico. Esperaremos a ver sus propuestas. La parte artística deben llevarla profesionales.

–¿Contratarán a alguien de fuera u optarán por la cantera?

–M. C: Aquí hay muy buenos profesionales, empezando por los directores de los coros. Queremos escuchar sus propuestas. Soy partidaria de aupar a alguien que está dentro de la casa y conoce ya toda la mecánica y todo lo que se hace.

–¿Qué tienen intención de potenciar a partir de ahora?

--M. C: El aspecto musical, que es la razón de ser del Palau, y en especial, los coros, que últimamente han estado un poco abandonados. Habrá un ciclo coral.

–¿Y a nivel organizativo?

--J. LL: Lo que está claro es que el Orfeó Català será la matriz por su legitimidad histórica, sus estatutos y su carácter asociativo. Es una entidad que va a perdurar en el tiempo. Ha sobrevivido a guerras, dictaduras, a Fèlix Millet, y sobrevivirá a todo lo que le venga. Otra cuestión es si en el día a día, que hoy se reparte entre la Fundació (la parte de actividades) y el Consorci (la parte de mantenimiento) hay que ir hacia una simplificación de estructuras.

–¿Algún mecenas ha abandonado el barco?

--M. C: No. Los que lo hicieron fue antes del escándalo y por la crisis. Otros, a raíz del fraude, pidieron ver auditorías para asegurarse de que el Palau se había saneado.

–Señora Carulla, ¿tiene algún mensaje para Millet?

–M. C: No. No soy rencorosa.

--J. LL: Yo sí quiero decirle algo: «Devuelva el dinero».

–¿Tienen miedo de perder las subvenciones?

–M. C: Las instituciones nos han apoyado desde el primer día.

–J. LL: Las aportaciones de la Generalitat, del Ministerio de Cultura y del Ayuntamiento de Barcelona para el 2010 ya están confirmadas.

–Las cosas que se habrían hecho si el dinero se hubiese invertido...

–M. C: Sí, se habrían hacer muchas cosas. Es verdad.