informe de entidades humanitarias

La crisis se ceba en los inmigrantes de Girona y Salt

El 86% no trabaja y el 13% no tiene acceso a la sanidad, según un estudio

Unos inmigrantes caminan por una céntrica calle de Salt.

Unos inmigrantes caminan por una céntrica calle de Salt.

FERRAN COSCULLUELA
GIRONA

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Un estudio del Observatori Permanent de la Immigració en Girona y Salt (Gironès) muestra de forma descarnada los terribles efectos de la crisis económica sobre la población inmigrante. Mientras la mayoría de la sociedad española se pregunta si el paro superará en los próximos meses la barrera del 20% de la población activa, el informe del Observatori concluye que un 86% de los extranjeros que residen en estas localidades no trabajan. Las cifras hay que situarlas en su debido contexto, ya que el estudio ha sido realizado con los datos de 351 personas que en los últimos meses han acudido a pedir ayuda o información a alguno de los centros que pertenecen a esta asociación: Cruz Roja, Cáritas, Accem y Mifas.

Outail Benhabid, responsable de Accem, señaló que, a pesar de esta acotación, los datos del informe son preocupantes, ya que la crisis y el desempleo «han obligado a muchos hombres a enviar a sus familias de regreso a sus países de origen», mientras ellos se quedan en Catalunya viviendo del paro, de un pequeño subsidio o de realquilar las habitaciones del piso en el que vivían.

IRREGULARES // Del 86% de desempleados, la mitad están en paro, no tienen empleo pero disponen de autorización para trabajar. El otro 43% no trabajan y no están inscritos en la oficina de desempleo porque carecen de permiso de residencia y de autorización para trabajar.

En los últimos ocho años, el número de inmigrantes que viven en Salt se han multiplicado por 10 hasta situarse en el 42% de la población total, mientras que en Girona el colectivo de ciudadanos extranjeros se ha triplicado durante el mismo tiempo y supone el 16% del censo de la ciudad.

Otros datos preocupantes son el hecho de que el 13% de los inmigrantes no tienen acceso a la tarjeta sanitaria, ya sea porque no están empadronados en sus municipios (un 10%) o porque no se han interesado por este servicio asistencial. Benhabid destacó que en muchas ocasiones el inmigrante no se puede empadronar porque la normativa municipal no les permite inscribirse en el domicilio en el que residen, ya que los pisos sobrepasan la ocupación permitida por el ayuntamiento.

El estudio concluye que la mayoría de recién llegados (un 95%) tienen algún tipo de documentación de su país de origen, pasaporte o DNI, pero a un 36% estos documentos no les sirven de gran cosa en España, ya que se encuentran en el país en situación irregular. A pesar de eso, su máxima preocupación es encontrar un trabajo, aunque sea en la economía sumergida.