Interior cobrará el rescate a los imprudentes desde octubre

La Conselleria d’Interior venía avisando desde hace años de que las imprudencias en el mar y la montaña acabarían pagándose. Y así será a partir del mes de octubre: las personas que actúen de forma negligente y por ese motivo tengan que ser rescatadas por los equipos de salvamento de la Generalitat deberán abonar el coste de los trabajos.

El secretario general de Interior, Joan Boada, aclaró ayer al presentar la medida que «todo, todo el mundo [que sufra un percance en el agua o el monte] será rescatado». No obstante, quien haya tenido un comportamiento irresponsable deberá hacer frente a los gastos, que podrán ir desde los «baratos» 300 euros hasta los cuantiosos 70.000, según detalló la directora general de Prevenció, Extinció d’Incendis i Salvaments, Olga Lanau.

EL COSTE DE LOS EQUIPOS / No hay una media exacta de lo que puede costar una de estas actuaciones, ya que engloban múltiples posibilidades y accidentes. Sin embargo, sí está estipulado el montante que supone movilizar todo el equipo humano y material para una de estas operaciones. Un miembro de la patrulla de rescate: 30 euros por hora. Un vehículo terrestre: 39 euros. Un medio aéreo: 2.271 euros por hora.

Lo que no tiene precio son las vidas de los profesionales que arriesgan el físico para salvar a otros. Por eso Boada insistió en reclamar «conciencia» y «responsabilidad» a los excursionistas. Especialmente a aquellos que no están acostumbrados y deciden adentrarse en el mar o la montaña de forma excepcional.

568 INTERVENCIONES EN EL 2008 / «El año pasado –informó el número dos de Interior– los especialistas de la Generalitat efectuaron 568 rescates y búsquedas» en bosques, ríos, mares e incluso a raíz de actividades aéreas. De estas intervenciones, muchas debido a negligencias, 67 se llevaron a cabo en agosto (56 en montañas y 11 en entornos acuáticos).

El mes que viene será, si los datos de años anteriores se vuelven a cumplir, el más pródigo en incidentes de este tipo. Después cederá el testigo a otoño e invierno, dos estaciones en las que proliferan dos claros perfiles de potenciales montañeros irresponsables: el boletaire que se pierde entre los árboles sin avisar a nadie de adónde va (a veces, a propósito para no descubrir su rovellonera), y el esquiador que pretende demostrar su destreza lanzándose por pistas vírgenes y peligrosas laderas.

LOS BOMBEROS DECIDIRÁN / ¿Pero cómo se decidirá si existe negligencia o se trata de un accidente? Boada y La-nau matizaron que serán los expertos de los bomberos quienes elaboren un informe y dictaminen si la persona rescatada ha cometido una imprudencia. ¿Pero basándose en qué criterios? Los responsables de Interior comentaron que todavía se están acabando de perfilar algunos aspectos, pero apuntaron tres elementos clave que serán tenidos muy en cuenta.

El primero consiste en no llevar la ropa, el calzado ni el material adecuado para hacer una u otra actividad (no es lo mismo pasear por un pinar que intentar escalar un pico). El segundo se refiere al caso omiso que algunas personas puedan hacer al ver una señal que indica peligro o prohibición. Y el tercero trata del mal uso de los servicios de emergencias (avisar por teléfono a los bomberos cuando la situación no lo requiere, por ejemplo), aunque la conselleria admite que sobre este punto aún faltan flecos por cerrar porque hay falsas alarmas que en un principio sí podrían haber supuesto un problema para quien las emite.

SUIZA SOLO RESCATA A FEDERADOS /Boada insistió en que tras esta medida no hay «ningún afán recaudatorio», mientras que el vicepresidente de la Federació d’Entitats Excursionistes de Catalunya, Jordi Merino, recordó que países como Suiza solo rescatan a una persona, haya cometido o no una negligencia, si está federada en una organización de este tipo.