QUERELLA POR LA HERENCIA DE UN PIONERO DE LA AUTOMOCIÓN

La directora del MNAC declara ante la justicia por el ofrecimiento al centro de un cuadro de Casas

J. G. ALBALAT
BARCELONA

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Francisco Serramelera Abadal, conocido como Francisco Abadal, amasó una importante fortuna. Este pionero de la automoción, que nació en Barcelona en 1880 y falleció en 1989, fundó su propia marca de coches: Abadal y Cia. La batalla por su herencia se libra ahora en los juzgados. Ayer se escribió otro capítulo de esta historia con la declaración como testigo de la directora del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), María Teresa Ocaña.

En el legado del abuelo Abadal hay una pintura de Ramon Casas que data de 1901 y que representa al artista y a su amigo Pere Romeu en un automóvil Charron. Una copia está expuesta en el café modernista Els Quatre Gats, pero el original cuelga de las paredes del apartamento donde vive Pilar Esponera, viuda del hijo y heredero de Abadal.

El abogado

En el 2006, esta anciana mujer, a través de su amigo y abogado Joan Centelles Bech (un coronel retirado que fue jefe de sección del Estado Mayor), ofreció la valiosa pintura de Ramon Casas al MNAC sin contar con el consentimiento de Pilar Abadal, hija suya y nieta del fabricante de coches. Hace unos meses Abadal presentó una querella contra el letrado en la que le acusa de urdir un plan con el fin de apoderarse de los bienes de su madre "aprovechando su situación de avanzada edad" y el posible deterioro de sus facultades mentales. El abogado niega todas las imputaciones.

La querella precisa que al enterarse Pilar Abadal de la intención del abogado de vender el cuadro de Casas, remitió con fecha 31 de octubre del 2006 a Narcís Serra, a la sazón presidente del patronato del MNAC, una carta para indicarle que su voluntad era no vender el cuadro.

En un principio, debía comparecer ayer en el juzgado Narcís Serra, pero no lo hizo, al comunicar que él no participó de forma directa en las negociaciones. Sí declaró la directora del museo, que aclaró que le constaba que el MNAC había tenido interés en adquirir este cuadro y que la operación la llevó la fundación Amics del MNAC, presidida por Miquel Roca Junyent, pero que se desistió de la operación cuando se recibió el burofax de Pilar Abadal en el que mostraba su oposición a la venta.