SUCESOS

La muerte de un senegalés desata dos noches de violencia en Almería

Altercados en Roquetas.

Altercados en Roquetas.

JULIA CAMACHO
SEVILLA

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Dos noches consecutivas en vilo han pasado los vecinos del barrio de las 200 Viviendas de Roquetas de Mar (Almería) después de que la muerte de un senegalés por un asunto de drogas acabase en una brutal trifulca con una familia gitana. Los compatriotas del fallecido decidieron tomarse la justicia por su mano y quemaron la madrugada de ayer la casa del presunto agresor, que aún está siendo buscado, e impidieron la actuación de los bomberos. Anoche, los disturbios se reanudaron, lo que obligó a intervenir a la Guardia Civil y la policía local. Pese a las llamadas a la calma, muchos subsaharianos piden venganza.

El incidente se produjo sobre las 21.30 horas en unas viviendas sociales ocupadas en su mayoría por inmigrantes (sobre todo subsaharianos y rumanos), en las que hasta ahora no se habían registrado altercados graves. Un grupo de senegaleses discutía con varios traficantes gitanos y O.K., de 28 años, que residía desde hace tres en España con su mujer e hijas, trató de mediar en el conflicto. Uno de los traficantes sacó un cuchillo y le asestó varias puñaladas mortales, huyendo del lugar.

VENGANZA

La noticia corrió como la pólvora entre los subsaharianos, que decidieron tomarse la justicia por su mano. "La ambulancia tardó en venir, y cuando llegó estaba muerto", resumía un compañero de la víctima. "No queremos a la Guardia Civil, solo que maten a este hombre", incidió. El grupo de inmigrantes, cada vez más numeroso, decidió acudir a la casa donde residía el presunto agresor, confiando en que estaba allí. Los ánimos se caldearon y decidieron incendiar la vivienda y la de un familiar, puntos habituales de venta de droga, según los vecinos. Y comenzó una batalla campal que atemorizó al vecindario. Los inmigrantes organizaron barricadas y prendieron fuego a contenedores para tratar de impedir el acceso de los bomberos. "Fue como una emboscada, porque acabamos acorralados y con los subsaharianos tirándonos piedras y botellas, incluso desde los tejados", relataba un bombero.

Hasta 60 antidisturbios acudieron para abrir paso a los bomberos. La ola de violencia se saldó con cuatro subsaharianos detenidos y tres agentes heridos leves. Dos turismos, seis coches patrulla y dos vehículos de bomberos sufrieron daños. Anoche las fuerzas de seguridad volvieron a intervenir cuando una ambulancia, que acudía a socorrer a un vecino accidentado, fue apedreada.