SUCESOS

Detenido por abuso de menores un célebre psicólogo argentino que dio algunas clases en la UAB

El presunto abusador es autor de numerosos trabajos sobre la violencia familiar

Jorge Corsi.

Jorge Corsi.

ABEL GILBERT
BUENOS AIRES

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"El detenido que nadie pudo imaginar", dijo el diario Página 12. Jorge Corsi, director de la Carrera de Especialización en Violencia Familiar de la Universidad de Buenos Aires, quien impartió ocasionalmente clases en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), fue arrestado el pasado miércoles bajo la acusación de formar parte de una red pedófila. Corsi, de 62 años, era, hasta entonces, dueño de un prestigio intachable. O eso se creía.

En un artículo titulado "¿Por qué es más fácil creerle al victimario que a la víctima?", el autor asegura que el "abusador típico" suele ser descrito "como alguien que no tiene nada que ver con los estereotipos". Es una persona que, "ante una mirada ingenua, jamás podría aparecer como victimario". Tal vez hablaba de sí mismo con su referencia al "desdoblamiento entre la imagen social y la imagen privada".

Cuando la División de Delitos contra Menores de la Policía Federal tocó a la puerta de su casa, en un acomodado barrio de Buenos Aires, Corsi estaba dormido. Llegaron allí después de que un adolescente contara a sus padres que había sufrido abusos cometidos por cuatro hombres, y más de una vez. Cuando se le comunicó su detención, el psicólogo y autor de libros como Maltrato y abuso en el ámbito doméstico aseguró que un expaciente le había hecho una "cama" (tendido una trampa).

El fiscal Martín Niklison contó que el menor dio su testimonio ante una psicóloga mientras funcionarios judiciales siguieron sus respuestas mediante una cámara. El joven, dijo, "describió el lugar donde ocurrió el abuso y, tras los allanamientos, su descripción corresponde a las características de la vivienda del principal imputado".

LA BANDA

Además de Corsi, la banda incluía a otros tres adultos, uno de ellos profesor de música y ya involucrado en otro caso de abuso a menores. Al grupo se le sumaba un menor de 17 años que buscaba en colegios privados y hamburgueserías a chicos "vulnerables" y, en los cibercafés, a quienes miraran páginas pornográficas. Se hacía amigo de las futuras víctimas, invitándoles a comer o a jugar al fútbol.

Fue así que el denunciante conoció a tres de los adultos, quienes, para ganarse su confianza, le regalaron ropa deportiva y un reproductor mp3. El siguiente paso fue ir al apartamento de Corsi. Primero le pasaron películas para adultos. Después vinieron las insinuaciones. Hasta que fue inducido a mantener relaciones sexuales. "Corsi entraba en escena en la fase final. Él era el hombre de consulta, el que tenía el conocimiento para tratar a los chicos. Les lavaba la cabeza", señaló una fuente policial citada por el diario Crítica.