El rodríguez ya no es lo que era

MARTA PARREÑO

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Además de ser el nombre de una sala de despedidas de soltera de Madrid, la rodríguez es un nuevo tipo de mujer. Una figura que suena a chiste rancio y que demuestra que la igualdad también tiene sus puntos flacos. La rodríguez trabaja, tiene hijos, pareja y, en vacaciones, se queda en casa sola --o con el perro-- mientras su prole se va de veraneo. Las nuevas cargas laborales han propiciado, según María Teresa Muñoz, vicepresidenta de la Federación Española de Asociaciones Psicoterapeutas (FEAP), que cada vez sean más las mujeres, y no solo los hombres, las que se quedan de rodríguez durante el verano.

Sin embargo, los nuevos modelos vacacionales y de familia han hecho cambiar mucho esta figura que, cuando nació, alrededor de los años 60, estaba monopolizada por el sexo masculino. Las vacaciones al pueblo o a un apartamento de Benidorm de una ama de casa con los niños a cuestas mientras el marido,sacrificado,se quedaba en casa trabajando, se dan cada vez menos. Ahora ellas también trabajan. Cuando pueden, hacen coincidir las vacaciones con las de sus parejas, pero a veces resulta imposible y es cuando se tienen que quedar de rodríguez.

Es lo que le pasa a María, de 44 años, que, desde hace más de 10, se queda sola en casa mientras su marido y sus dos hijas se van al apartamento que tienen en la Costa Brava. Este año ella ha aprovechado el tiempo para estudiar unas oposiciones: "La tranquilidad se agradece para hacer este tipo de cosas que con críos en casa sería imposible. Otros años he aprovechado para quedar con alguna amiga a la que hacía tiempo que no veía".

Eso es lo que ha hecho también Cecilia, de 39 años, que por primera vez, se ha quedado de rodríguez mientras su marido visita a la familia en Marruecos: "Cuando tengo un rato, quedo con amigas para comer o para hacer cosas que durante el año no tienes tiempo". Además ha aprovechado una de las tres semanas de soltería temporal para ir de vacaciones con una de ellas.

Ellos siguen siendo más

"El porcentaje de los rodríguez sigue siendo superior al de las rodríguez", dice el psicólogo Aureli Gràcia. Pero el número no es la única diferencia entre hombres y mujeres. De hecho, se puede decir que ellas, del prototipo masculino, solo han heredado el nombre. Eso es, al menos, lo que opina la psicóloga Mª Teresa Muñoz: "La rodríguez presenta importantes diferencias con la figura tradicional marcada por el hombre, que corresponde al del casado que trata de despertar envidia por su estadio de aparente soltería veraniega pero que, en el fondo, está más solo que la una".

Esta psicóloga asegura que la mujer que se queda en casa sola por vacaciones no tiene tantos problemas con la soledad ni tantas dificultades con las tareas domésticas. Pero los tópicos de esta figura cutre empiezan a no valer tampoco para los hombres ya que, según el concepto tradicional, los rodríguez apenas saben freír un huevo.

Adiós a los tópicos

Ellos han cambiado. Las familias en sí mismas han cambiado. Ahora, si pueden, prefieren viajar lejos y cruzar el charco todos juntos con los niños a cuestas. "El modelo de vacaciones familiar es diferente. Y ahora son muchos los casos en los que la mujer se va unos días con las amigas porque al marido no le apetece o al revés. Eso, que antes era prácticamente solo viable para el marido, ya es una práctica de ambos", dice Aureli Gràcia.

El síndrome del rodríguez, para algunos una enfermedad y para otros una bendición, ya no es lo que era. Pero contribuyó al nacimiento de un género cinematográfico muy particular y bautizó a uno de los mejores grupos de los 90. Cuando Andrés Calamaro se enteró del significado de esta expresión sociológica, le hizo tanta gracia que le puso ese nombre a la banda, que inicialmente se iba a llamar Los Locos. Por entonces, él, que había dejado a su novia en Argentina, estaba de rodríguez en España.