La lluvia obliga a desalojar a 300 jóvenes de 2 cámpings de Huesca

EL PERIÓDICO / OSCA

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El fantasma de la tragedia del cámping de Biescas, ocurrida el 7 de agosto de 1996 --hace hoy 11 años--, cuando una descomunal riada de agua, lodo y piedras acabó con la vida de 87 personas e hirió a otras 200, sobrevoló en la madrugada de ayer por la misma zona de Huesca. Pero, por fortuna, todo quedó en un pequeño y breve susto. La Guardia Civil rescató a 302 jóvenes campistas --182 en Benasque y 120 en Bielsa-- que tuvieron que clausurar precipitadamente sus acampadas estivales debido a las fuertes lluvias que cayeron sobre el Pirineo aragonés.

En Catalunya, los Bombers de la Generalitat efectuaron hasta las once de la noche 157 salidas relacionadas con el mal tiempo. Las comarcas centrales fueron las más afectadas, con algunos bajos y garajes inundados como incidencias más importantes. Las precipitaciones iniciales, en el Anoia, el Bages y el Berguedà, se desplazaron con posterioridad hacia el Vallès Oriental y el Maresme.

Aunque el temporal tuvo en Huesca mayor entidad que en Catalunya, tampoco hubo que lamentar ningún incidente grave. Para el grupo deescoutsde los Llanos de Senarta, en Benasque, el cambio de planes no fue para tanto. Los chicos, de entre 14 y 17 años y pertenecientes a la Asociación Interdiocesana Scouts de Aragón, tenían previsto abandonar ayer el cámping para participar en una concentración medioambiental en la localidad oscense de Villanúa. Pero no pensaron que la marcha sería tan atropellada.

Al ver que la lluvia caía con fuerza, el director del campamento, Javier Izurzu, llamó al Ayuntamiento de Benasque y los bomberos aconsejaron a los campistas que pasaran la noche en un polideportivo, donde les proporcionaron comida, agua y mantas. Los jóvenes, explicó Izurzu, vivieron el temporal con "euforia y aventura". Solo dos chicas francesas, con una crisis nerviosa, pernoctaron en el centro de salud.

Peor suerte corrieron cuatro compatriotas de estas jóvenes, quienes fueron evacuados por la Guardia Civil en Biescas tras quedar atrapados dentro de un coche que fue arrastrado por la corriente del río Cinta, que registró una fuerte crecida debido a las cuantiosas precipitaciones.

UN PALMO DE AGUA

Mientras tanto, en el campamento de Las Nieves, en Bielsa, donde dormían 120 personas, había "un palmo de agua" en el terreno, explicó uno de sus responsables, Carlos Navarro. A este grupo aún le quedaban cinco días de cámping, pero el temporal dejó el espacio embarrado, las tiendas empapadas y las tuberías del agua rotas. Todos fueron trasladados hasta el pabellón municipal de Bielsa, donde pasaron la noche, y, por la mañana, regresaron a su localidad, Fraga.