Egipto amenaza con represalias si no recupera sus viejos tesoros

El Gobierno vetará las excavaciones a los países que no le devuelvan las piezas

KIM AMOR / EL CAIRE

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Egipto está en pie de guerra. Su Consejo Supremo de Antigüedades (CSAE) no descansará hasta conseguir recuperar las cinco piezas más emblemáticas de su patrimonio histórico que están en manos de museos occidentales. Las autoridades de El Cairo consideran que la mayoría fueron sacadas del país ilegalmente o expoliadas por potencias coloniales. Se trata, entre otras, del busto de la reina Nefertiti, del Museo Egipcio de Berlín, y la piedra de Rosetta, del Museo Británico, de Londres.

Esta no es la primera vez que Egipto reclama la devolución de sus tesoros faraónicos. Lo hizo ya hace muchos años y hace tan solo dos pidió sin demasiado éxito a la UNESCO que mediara en la contienda. Pero ahora el tiempo apremia. No falta mucho para que empiecen las obras del nuevo Gran Museo Egipcio, que se levantará a la sombra de las tres pirámides de Giza.

El CSAE, dirigido por el todopoderoso arqueólogo Zahi Hawass, quiere que estos cinco iconos nacionales estén en el país de Nilo antes del 2011, cuando está previsto que se inaugure lo que será el gran centro de exhibición de la civilización egipcia.

Hawass parece haber cambiado de estrategia. Si antes pedía pura y llanamente que le devolvieran sus tesoros, ahora los solicita solo en préstamo. Reclama en total 10 piezas, la más codiciada, Nefertiti, pero también el zodiaco de Dendera del Louvre, la estatua de Hemiunu y el busto de Ankhaf, arquitectos de las pirámides de Keops y de Kefren, respectivamente, que se exhiben en sendos museos de Alemania y Boston. El Gobierno egipcio escribió hará un par de semanas a los museos occidentales que las tienen pidiendo oficialmente que se las dejen durante un periodo tres meses.

Berlín ya ha avanzado que no está dispuesto a ceder a la bella Nefertiti. Hitler tampoco quiso. Es una pieza muy frágil, de más de 3.000 años, que, según Hawass, el arqueólogo alemán Ludwig Borchardt, que la descubrió en 1912, sacó clandestinamente de Egipto. El museo berlinés teme que el busto pueda sufrir daños durante el traslado.

El resto de museos están estudiando la solicitud, pero la batalla se presenta difícil. La piedra de Rosetta, clave para descifrar los jeroglíficos, es la estrella del Museo Británico, que recibe cada año a más de cinco millones de visitantes. No faltan los que piensan que una vez lleguen los tesoros a El Cairo no habrá quien los saque de aquí. A estos últimos, Hawas les responde, alto y claro: "No somos piratas del Caribe".

El zar de las antigüedades egipcias no da ni mucho menos la batalla por perdida. Sabe dónde golpear y hacer daño. Ya ha advertido de que no concederá licencias de excavación en tierra faraónica a las misiones arqueológicas de los países rebeldes y que no autorizará ninguna exposición temporal en Alemania. Además, tiene en mente organizar una conferencia internacional con otros países expoliados, como China, Grecia, Italia, Irak, México, Siria y Turquía. La unión hace la fuerza. La idea es elaborar una lista conjunta de piezas que están en países terceros.

Hawass iguala a Indiana Jones en el afán con que intenta recuperar lo que cree que es suyo. Durante su mandato, han vuelto al país más de 3.500 objetos. En el 2003, por ejemplo, logró que un museo de Atlanta le devolviera la momia de Ramsés I.