La Fageda hace de un fin social un negocio próspero

La cooperativa, tercera productora de lácteos de Catalunya, da empleo a disminuidos psíquicos

HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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La Fageda nació en 1982 con la única pretensión de ofrecer empleo a enfermos mentales y discapacitados psíquicos de la Garrotxa. Un cuarto de siglo después, este proyecto solidario se ha convertido en el tercer productor de yogures de Catalunya, solo por detrás de los gigantes Danone y Nestlé. ¿El milagro? El esfuerzo y la ilusión de Cristóbal Colón, el fundador, y de todo su equipo.

La Fageda es una sociedad cooperativa sin ánimo de lucro cuyo principal objetivo es la integración sociolaboral de personas con discapacidad psíquica o enfermedad mental a través de un centro laboral que facilita el desarrollo de su personalidad y autonomía, tanto personal como económica. Para ello, el centro, situado en la Garrotxa, cuenta con cuatro actividades diferenciadas: una planta de lácteos, un vivero de planta forestal, un centro de jardinería y una explotación ganadera.

"Montamos la empresa al revés que cualquier empresario convencional. Nació porque queríamos contratar a unos trabajadores y después buscamos un proyecto empresarial", explica orgulloso Colón. Y vaya si funcionó. Actualmente forman parte de ella 203 cooperativistas, de los cuales 115 son personas con dificultades psíquicas de dos tipos: disminuidos psíquicos (el 65%) y enfermos mentales crónicos (el 35% restante), y 85 son profesionales que ayudan a que todo marche a la perfección.

Uno de los muchos logros de los que puede presumir la cooperativa presidida por Colón es dar ocupación al 100% de las personas de ambos colectivos existentes de la comarca. Es decir, en la Garrotxa no existe el paro entre el colectivos de los disminuidos psíquicos y enfermos mentales, sea cual sea su afectación, y la voluntad de la cooperativa es que esto siga siendo así.

Se organizan en dos estructuras: un servicio de terapia ocupacional, para las personas más afectadas, y la empresa en sí, donde están las personas que tienen una mínima capacidad de producción.

En La Fageda no les gusta hablar de discapacitados ni de disminuidos, sino de personas con capacidades diferentes. Además de las actividades productivas, desarrollan otras de carácter social, como servicio de viviendas, asistenciales, espacios formativos, etcétera. "No somos un proyecto empresarial. En nuestro caso la empresa es un medio, no un fin", apunta Colón.