Benedicto XVI entra en el debate sobre la eutanasia

El Papa habla del valor de la vida en el día del adiós a Welby

ROSSEND DOMÈNECH / ROMA

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Casi a la misma hora en que se celebraban los funerales civiles en Roma por Piergiorgio Welby, el enfermo terminal que el pasado miércoles fue desconectado del respirador artificial que lo mantenía con vida, Benedicto XVI insistía en su rezo del Angelus en la tesis católica sobre el valor superior de la existencia humana. El nacimiento de Jesús, dijo ayer el Papa, "nos ayuda a ser conscientes de cuanto vale la vida de cada ser humano, desde su primer instante hasta su ocaso natural".

En plena polémica sobre la eutanasia, a nadie se le pasó por alto esta alusión del pontífice a la muerte "natural". Casi simultáneamente al rezo del Angelus, dos mil personas participaban en el funeral civil por Piergiorgio Welby, que tuvieron que celebrarse en la plaza frente a su parroquia de Roma porque la diócesis no autorizó el uso del templo.

La viuda y la hermana del fallecido habían solicitado celebrar los funerales dentro del templo, pero el Vicariato de Roma lo rechazó argumentando que la voluntad de morir manifestada "pública y repetidamente" por el difunto "contrasta con la doctrina de la Iglesia".

"Ha sido igualmente una ceremonia religiosa", dijo el eurodiputado Marco Cappato, cuya ayuda fue decisiva para hallar un médico dispuesto a dar a Welby "una muerte oportuna". Así lo había pedido el interesado al presidente de la República. Tras la inicineración, la viuda, Mina Welby, dijo sentirse "feliz" por Piergorgio: "Ahora es libre, aunque me habría gustado que el funeral se hubiese celebrado dentro del templo, principalmente por su madre". Y añadió: "Continuaré su batalla".