Los cultivadores esperan vender este año casi un millón de abetos

El sector ingresó 4 millones de euros en el 2005 y empleó a un millar de personas

FERRAN COSCULLUELA / GIRONA

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Las previsiones de venta de los cultivadores de abetos, agrupados en la entidad Cultivadors d'Arbres de Nadal Associats de Catalunya, se acercan a la cifra de un millón de ejemplares, similar a la de la Navidad del año 2005. Catalunya dedica a esta actividad casi 300 hectáreas de terrenos, la mayoría situadas en la zona del Montseny-Guilleries. El año pasado el sector ingresó cuatro millones de euros.y dio trabajo a unas mil personas, el doble durante el mes de diciembre.

CICLO LARGO

El árbol de Navidad responde a una producción agrícola de ciclo largo. La superficie cultivada se mantiene estable, debido a las especiales condiciones climatológicas que precisa. El 30% de la producción se distribuye en Catalunya, el 55% se destina a otras comunidades autónomas y el 15% se exporta a otros países europeos.

"El árbol de Navidad natural es materia orgánica y su reciclaje, que consiste en triturarlo y convertirlo en abono para el campo, no es un un crimen ni debe ocasionar el menor remordimiento de conciencia ", afirma Eduard de Ribot, presidente de la organización de cultivadores, entidad que reúne a un centenar de productores. Ribot añade: "Con estos abetos pasa como con la rosa de Sant Jordi, que se cultiva con este fin. Y nadie deber tener mala conciencia cuando se desprende de él porque conservarlo requiere de un terreno y unos cuidados especiales que no todo el mundo puede proporcionar". La recogida organizada garantiza el buen uso de los ejemplares cuando han pasado las fiestas.

Un árbol de estas características tarda una media de entre 5 y 7 años en alcanzar el tamaño de venta estándar, que suele ser de entre 1,5 y 2 metros de altura. Para superar los dos metros necesita otros dos años más. Cuando un árbol es arrancado, su lugar es ocupado por otro, que tardará otro buen puñado de años en crecer. Mientras tanto, producirá oxígeno, absorberá dióxido de carbono, "y ayudará a que en zonas boscosas como las del Montseny-Guilleries haya cultivos que rompan la uniformidad y sirvan de cortafuegos o a que haya una mayor diversidad de fauna y flora, además de favorecer un sector económico en un lugar donde difícilmente se pueden producir otro tipo de cultivos", explica De Ribot.

OPCIÓN NATURAL

Los productores de Catalunya lo tienen muy claro a la hora de defender la opción natural frente a la de los árboles de plástico: "Las plantas artificiales están elaboradas con derivados del petróleo, que es un recurso escaso, no renovable y contaminante", según De Ribot.