El Govern muestra el archivo que ocultó Puig i Cadafalch

ANTONIA PEÑA / SANT CUGAT DEL VALLÈS

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Un valioso pedazo de la historia de Catalunya, entre 1917 y 1923, permanecía escondido tras una falsa pared de madera. El arquitecto, historiador, arqueólogo, político y gobernante Josep Puig i Cadafalch lo puso en 1923 a buen recaudo en el altillo de su casa de Barcelona para preservarlo de la dictadura del general Miguel Primo de Rivera.

Este extraordinario legado, oculto durante 83 años y descubierto el pasado julio, se presentó ayer en el Arxiu Nacional de Catalunya (ANC) de Sant Cugat del Vallès, donde esté depositado el archivo personal y profesional del que fuera presidente de la Mancomunitat de Catalunya.

El presidente en funciones de la Generalitat, Joaquim Nadal, y elconsellerde Cultura, Ferran Mascarell, mostraron ayer una ínfima parte del fondo cedido por los bisnietos de Puig i Cadafalch (Mataró, 1867-Barcelona, 1956) al patrimonio público.

422 CAJAS

El archivo consta de 422 cajas repletas de documentación. Un convenio firmado con los descendientes el 19 de octubre pasado hizo posible el traslado y depósito definitivo en el ANC, que ahora hará inventario y lo catalogará.

El mayor tesoro son las 152 cajas que contienen "el archivo político de Puig i Cadafalch", explicó Mascarell. Este fondo se cede como restitución histórica al Govern, mientras que sobre el resto (el material profesional y personal) existe "una opción de compra en el futuro por parte de la Generalitat", añadió elconseller.

El 14 de julio, personal del Arxiu Nacional de Catalunya y familiares de Puig i Cadafalch que recopilaban el archivo del arquitecto en su casa y despacho, en el 231 de la calle de Provença, descubrieron la joya. El escondite era perfecto: tras una falsa pared de madera en la buhardilla; allí se apilaban documentos personales del presidente de la Mancomunitat: textos vinculados a Enric Prat de la Riba, copias de las actas internas de la Mancomunitat, etcétera.

El propio Puig i Cadafalch escribió, el 14 de septiembre de 1923, que había escondido importante documentación sin especificar dónde. Por eso, tanto Nadal como Mascarell elogiaron "la intuición, la habilidad y la capacidad preservadora" del político. Mascarell resaltó "el extraordinario valor simbólico y el riquísimo valor político e institucional" del hallazgo. Y dijo: "Hoy somos más ricos desde el punto de vista de nuestro patrimonio cultural".

FONDO MONSERDÀ

La cesión incluye también 10.000 dibujos de sus trabajos de arquitecto, 15 cajas con manuscritos literarios y documentos de Dolors Monserdà, suegra de Puig i Cadafalch, y del hermano de ésta, el pintor Enric Monserdà. Además de 35 cajas de documentos familiares, 23 de diversos objetos, 386 rollos de proyectos y un rico epistolario.

Nadal destacó que el archivo tiene "una dimensión sin precedentes". En su opinión, la Mancomunitat "experimenta políticamente la práctica de lo que habían sido las expectativas del catalanismo desde hacía 50 años y que no se habían concretado", algo que "hizo necesario dotar a Catalunya de autogobierno".