¡Chanquete ha muerto!
¡Viva Maradona!

En 1982 no existían los audímetros –ni falta que hacía: solo hubo dos cadenas, ambas públicas y estatales, hasta el estreno de la vasca ETB en la nochevieja de ese año-, pero todo el mundo sabía que no había que perderse ‘Dallas’, ‘Dinastía’, ‘Los gozos y las sombras’, ‘Más vale prevenir’ ni ‘Aplauso’, los espacios más apreciados por la audiencia del momento y que acapararon los premios de los festivales televisivos del año.

Aunque, sin duda, el gran acontecimiento catódico de la temporada fue la muerte de Chanquete anunciada a gritos y entre sollozos por Pancho en el final de ‘Verano azul’. Ocurrió el 14 de febrero y era domingo. Quien lo vivió –una inmensa mayoría de los 38 millones de habitantes que tenía por entonces el país-, no lo olvida.

‘Un, dos, tres’ y ‘Estudio Abierto’, ambos ideados en los 70, figuraron entre los programas más vistos del año que vio morir a Chanquete

España miraba al futuro, pero convivía con los tics y patrones mentales del pasado. El Gobierno presumió de Pirulí -la gigantesca torre inaugurada el 7 de junio en Madrid para dar señal a todo el país sin las interferencias de la tele de antaño-, pero entre los programas más vistos del año figuraron el ‘Un, dos, tres’ de Mayra Gómez Kemp y el ‘Estudio Abierto’ de José María Íñigo, ambos ideados en la década de los 70.

Solo hay que echar un vistazo a los anuncios publicitarios del año, plagados de amas de casa en la cocina y varones con cigarrillos al volante, para calibrar los modelos sociales imperantes en aquel momento.

Ese año, la Liga, que entonces se llamaba Primera División, se la llevó por segundo curso consecutivo la Real Sociedad. Pero el gran acontecimiento futbolístico de la temporada, aparte del Mundial, fue el fichaje de Maradona por el Barça, que acababa de ganar su segunda Recopa de Europa.

La Vuelta, que en esa época se corría en primavera, la ganó Marino Lejarreta (tras la descalificación por dopaje de Ángel Arroyo). El 7 de abril, el Ayuntamiento de Barcelona protagonizaba una noticia deportiva de calado histórico: el alcalde, Narcís Serra, presentaba oficialmente la candidatura de la ciudad para organizar los Juegos Olímpicos de 1992. La culminación de esa historia marcaría el final de la década que echó a rodar en el 82.

La modernidad era esto

La España de los 80 comenzó en el 82, pero ese año faltaba perspectiva para verlo. En Madrid triunfaba un movimiento contracultural que pondría look y banda sonora a la década, pero aún era demasiado pronto para calibrar el impacto que acabaría teniendo La Movida. En el Festival de San Sebastián, Pedro Almodóvar epataba al público con el estreno de su segunda película: 'Laberinto de pasiones' y Alaska cambiaba a los Pegamoides por Dinarama para seguir alumbrando himnos generacionales. El país se había hecho demócrata, pero lo urgente en ese momento era ser modernos.

A escasa distancia de 'Thriller' de Michael Jackson, el disco más vendido de la temporada fue el debut de Mecano -500.000 copias entre elepés y casetes: el cd salió al mercado ese año y aún no computaba-, seguido por 'Entre el fuego y el agua' de José Luis Perales y 'Las aventuras de Enrique y Ana'. Entre los grandes hits del año, los más coreados fueron 'Como una ola' de Rocío Jurado, 'Bienvenidos' de Miguel Ríos, 'Qué dolor' de Raffaella Carrá y 'Me estoy volviendo loco' de Azul y Negro.

Faltaban cinco años para la creación de los premios Goya, pero de haber existido en 1982, los principales galardones habrían sido para 'La colmena', 'Las bicicletas son para el verano', 'Colegas' o 'La plaza del Diamante', los grandes estrenos de la temporada, con permiso de 'Volver a empezar', de Garci, que se haría con el óscar a la mejor película de habla no inglesa el año siguiente.

A 200 pesetas la entrada, el 10 de febrero se inauguraba en Madrid la feria de arte contemporáneo ARCO y a las librerías llegaban los primeros ejemplares de 'Los santos inocentes' de Miguel Delibes, que competían en los escaparates con 'La historia interminable' de Michael Ende, 'Memorias de Adriano' de Marguerite Yourcenar, 'Los gozos y las sombras' de Gonzalo Torrente Ballester y 'La casa de los espíritus' de Isabel Allende' los títulos más vendidos de esa temporada. El colombiano Gabriel García Márquez ganaba el Nobel de Literatura y en las páginas de los periódicos se colaba el anuncio de un llamativo invento que nadie por entonces tenía en casa: el ZX Spectrum, el primer ordenador doméstico de la historia. Pero esto ya es otra historia.