El amor es fantástico

Una pareja de Barcelona ha pasado su luna de miel trabajando como voluntarios en Sitges

Fernando y Marta, con la acreditación, en la noche de su boda.

Fernando y Marta, con la acreditación, en la noche de su boda.

JULIÁN GARCÍA / SITGES

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En un festival como Sitges te puedes encontrar a un tipo vestido de muerto viviente con unos maquillajes que ni los de Greg Nicotero para The walking dead, pero resulta bastante más extraño ver a una pareja vestida de novios. Porque, en efecto, eso pasó la noche del día 4. Marta López Retamero y Fernando O'Sullivan decidieron pasar en el festival su noche de novios, tras haberse casado por la mañana en Capellades, y también su luna de miel, trabajando como voluntarios durante estos 10 días del festival. «La gente se va de viaje de relax, de crucero, todas esas cosas. Pero para nosotros, estar aquí es nuestro relax. Y ver películas es como viajar mucho», asegura Marta, dietista barcelonesa de 32 años.

El amor por el fantástico. Es lo que tiene un festival como este. Marta y Fernando se conocieron siendo voluntarios en el 2002, y desde entonces han repetido año tras año. «Yo empecé a venir con 14 o 15 años. Hablo bien inglés y una vez un grupo de gente que intentaba hablar con Martin Sheen necesitaba alguien que hiciera de traductor. ¡Y así hasta ahora!», recuerda Fernando, gestor cultural barcelonés de 35 años. «Yo vine la primera vez con mi hermano, que presentaba un cortoMe pareció una idea interesante lo de ser voluntaria», cuenta Marta. Ambos se conocerían en la fiesta de despedida de los voluntarios de aquel 2002 y, en fin, el resto ya es historia.

No se dedican profesionalmente a nada que tenga que ver con el cine: es, sencillamente, afición, pasión. «Nos encanta el cine y aquí, como voluntarios, podemos ver mucho cine», dicen al unísono, al tiempo que recuerdan alguna anécdota: «Es muy grande decir que has tomado un whisky con Tarantino», evoca Fernando. «¡O que te ha sacado a bailar Ralph Fiennes!», ríe Marta.