'Orígenes' seduce en Sitges

El emotivo drama fantástico de Mike Cahill conquista el gran premio de una edición con galardones muy repartidos

Mike Cahill, director de 'Orígenes', en Sitges, el domingo pasado, tras presentar el filme.

Mike Cahill, director de 'Orígenes', en Sitges, el domingo pasado, tras presentar el filme.

JULIÁN GARCÍA / SITGES

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El jurado de la 47ª edición del festival de Sitges se puso emo y otorgó el premio a la mejor película a Orígenes, de Mike Cahill, un sugerente coqueteo con el género fantástico a través del drama romántico y los postulados del new age. La decisión fue, en general, bien recibida, pero quedó en el aire la vaga impresión de que el jurado eludió el riesgo, apostando por una película tan feelgood como Orígenes y dejando de lado propuestas más audaces como It follows, de David Robert Mitchell, por poner solo un ejemplo de cine intrépido, que es, al fin y al cabo, el ADN de Sitges.

Especie de hermana espiritual de Otra Tierra, la obra anterior de Cahill, Orígenes es un emotivo drama humano disfrazado de relato misterioso y fantacientífico a partir del romance entre un biólogo molecular (Michael Pitt) y una volátil modelo (Àstrid Bergès-Frisbey) defensora de la reencarnación. «Ha habido un debate intenso en el jurado, pero creemos que es una película magnífica, muy bien dirigida, muy bonita, que se atreve con las grandes preguntas: lo espiritual, la ciencia, el amor. Nos ha conmovido», justificó Pablo Helman, experto en efectos especiales y miembro del jurado. En cualquier caso, ahí está el gran premio para Orígenes, que se estrenará en cines el 14 de noviembre.

De entre los premios gordos (muy repartidos, como la lotería), destacó la sorpresa del de mejor director para el belga Jonas Govaerts por su ópera prima Cub, un híbrido entre Los Goonies y La matanza de Texasque no levantó pasiones entre público y crítica, pero que, en fin, atrajo al jurado «por las grandes dotes de su director para tratarse de un debutante».

Menciones especiales

Con tantas películas a concurso, nada menos que 38, el jurado se vio forzado a recompensar otras obras a modo de menciones especiales: estas fueron para la película española de animación Pos eso, de Sam, la comedia vampírica neozelandesa What we do in the shadows, de Tika Waititi Jemaine Clement (ganadora también, de forma merecedísima, del siempre relevante Gran Premio del Público, patrocinado por EL PERIÓDICO), la jarmuschiana cinta de vampiros A girl walks home alone at night, de la anglo-iraní Ana Lily Amirpour (también premio Citizen Kane a la mejor dirección novel), y el romance de terror Spring, de los norteamericanos Justin Benson Aaron Morhead. El premio especial del jurado fue para The Babadook, el aterrador cuento de la australiana Jennifer Kent acerca de los miedos infantiles.

Los premios a las mejores interpretaciones fueron ex-aequo. En categoría femenina, recayeron en Essie Davis, por su enorme papel de madre en The Babadook, y la siempre inmensa Julianne Moore por su trabajo en Maps to the stars, de David Cronenberg. En la masculina, un galardón fue para el japonés Koji Yakusho, el expolicía alcohólico de The world of Kanako, de Tetsuya Nakashima; y el otro para el australiano Nathan Phillips en el drama apocalíptico Las últimas horas, de Zak Hilditch. El premio al guión fue para Jake Paltrow (hermano de Gwyneth) por Young ones. Y el de mejor corto, para Óscar desafinado, del vasco Mikel Alvariño.

El Méliès d'Argent al mejor largometraje recayó en la muy sádica y hanekiana Goodnight mommy, de los austriacos Veronika Franz Severin Fiala, que también se llevó una mención de la crítica. Los críticos, precisamente, dieron su premio a la mejor película a Réalité, el fascinante ejercicio de metacine a cargo del francés Quentin Dupieux. Y para rematar el repaso, los galardones de la sección oficial Fantàstic Òrbita: mejor película, Hyena, de Gerard Johnson, y mejor dirección, Jim Mickle por Frío en julio; y los de Fantàstic Panorama: mejor película, The treatment, de Hans Herbots, y mención para Creep, de Patrick Brice.

Cifras récord

Premios y premios en una edición, la 47ª, saldada un año más con gran éxito de público. Un total de 58.000 espectadores, una cifra idéntica a la del 2013, «el año del récord», según recordó el director del festival, Ángel Sala. «Un síntoma de la buena salud del género», sentenció.