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Los imprescindibles para no quemarte con el sol, según el dermatólogo

Tirarse en la playa será más placentero que nunca si sabemos que lo estamos haciendo con seguridad y que nuestra piel está protegida en todo momento.

Los imprescindibles para no quemarte con el sol, según el dermatólogo

Los imprescindibles para no quemarte con el sol, según el dermatólogo / Freepik

Irene Díaz

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Los que no tenemos la fortuna de vivir junto al mar esperamos, como agua de mayo, las ansiadas vacaciones de verano. Porque estas son el momento perfecto para visitar el mar y disfrutar de la playa.

Y claro, ya que hacemos muchísimos kilómetros para disfrutar de este entorno natural que tan lejos nos queda, queremos exprimir las jornadas al máximo y pasarnos las horas tumbados sobre la toalla. 

Cuando lo hacemos, en ocasiones, el sol nos pasa factura: nos quemamos, nos “pelamos”, etc. Y no es un secreto para nadie que estos son los daños más benevolentes, ya que la radiación solar puede causar problemas mucho más graves, entre los que se incluye el cáncer de piel. 

Por eso hemos charlado con la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). 

En concreto, hemos hablado con Eduardo Nagore, Jefe Clínico del Servicio de Dermatología del Instituto Valenciano de Oncología, quien nos ha garantizado que pasarnos el día entero en la playa es seguro mientras tomemos las precauciones pertinentes.

Hablamos, por supuesto, de las precauciones que debemos tomar para protegernos del sol, y especialmente aquellas personas que forman parte de los grupos de riesgo.

Son tres:

  • Las personas con pieles muy claras y que, por mucho que lo intentan, nunca llegan a ponerse morenas.
  • Los pelirrojos, ya que habitualmente suelen tener la piel muy clara.
  • Las personas con muchos lunares. 

Estos tres perfiles, según explica el Jefe Clínico del Servicio de Dermatología del Instituto Valenciano de Oncología, pueden disfrutar de una larga jornada playera, pero deben seguir arajatabla las recomendaciones dermatológicas, de las cuales vamos a hablar a continuación. 

Todas esas recomendaciones se rigen en torno a una única máxima.

  • Hay que intentar que la cantidad de radiación que nos llegue a la piel sea mínima. Y este precepto, obviamente, se aplica a todas las pieles, y por tanto, todas las pieles deberían seguir estas recomendaciones.

Partiendo de ahí, detalla el dermatólogo, lo que hay que hacer es “extremar todos los medios que tengamos a nuestro alcance”. 

Y si seguimos esta recomendación podemos tener la conciencia tranquila y pasarnos las horas en la playa, porque no estamos haciendo nada malo para nuestra piel. Le contamos cómo.

Usar ropa con homologación UPF

La ropa con etiqueta UPF es ropa con protección solar homologada. 

Para que esto sea comprensible de una manera sencilla, la UPF para la ropa es lo que para las cremas el SPF o FPS (factor de protección solar). 

Toalla de microfibra con UPF y anti golpes de calor: Fit-Flip

Productos antigranos

Esta toalla no es una toalla corriente.

Se trata de una “toalla de refrigeración”, que después de mojarla se mantiene fría hasta durante 3 horas. Su modo de uso es muy sencillo: solo hay que remojarla durante un minuto y escurrir el exceso de agua.

Es, por tanto, perfecta para aliviar los efectos del calor.

Asimismo, como es sedosa, flexible, resistente y se pliega fácilmente y está homologada con factor UPF 50, también resulta ideal para acampar sobre la arena. 

  • Según cuenta el dermatólogo, este tipo de ropa es muy barata, pues podemos encontrarla incluso en tiendas como Decathlon, especializada en deporte, y nos ahorraría aplicar el protector solar en las zonas que llevemos cubiertas (mientras estén cubiertas, claro está).

Una solución para los más pequeños (UPF 50) y resistente al cloro: Tomee Tipee

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Esta toalla para niños se coloca como un poncho, por lo que evitará que los peques se la quiten. 

Incorpora protección solar factor 50 y es resistente al cloro, por lo que también es ideal para la playa y la piscina.

Además, como está fabricada en un tejido de microfibra hipoalergénico, se mantendrá muy suave lavado tras lavado y es apta para las pieles de los bebés. Como es de tamaño generoso, permite que hasta los niños más movidos se mantengan secos en cuestión de segundos.

Camiseta UPF 50 de manga larga: Roxy

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Si lo que busca es ahorrarse la crema, puede utilizar una camiseta ajustada y de manga larga, como esta de Roxy para mujer, que es además ideal para practicar deportes como surf.

Es de elastano y poliéster reciclado. Es suave y resistente y, por supuesto, está revestida con protección UPF 50.

De este modo, no lo olvide: si busca una prenda con protección UV, busque en su etiquetado la homologación UPF. Si no lleva estas siglas, nada garantiza su seguridad.

No prescindir de la sombrilla

La segunda pieza del puzzle es la sombrilla. Nunca hay que prescindir de ella, porque esta es otro método físico, que evita que nos llegue radiación (se estima que usarla es equivalente a un factor 4).

Sombrilla premium con UPF 100+: Outsunny

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Una sombrilla con protección solar UPF con un precio bastante elevado, pero consideramos que el producto lo merece por su calidad. Su factor UPF 100+ (muy alto) y sus materiales premium justifican la inversión.

Está fabricada en tela Oxford 100%, por lo que es impermeable; y además es resistente a los rayos UV y a la decoloración.

En cuanto a su diseño, es sencillo y clásico, en forma de decágono.

Tiene un tamaño apropiado para dos o tres adultos tumbados. Viene con una bolsa para guardarla que permite que el transporte sea mucho más sencillo.

  • Rizamos el rizo si encontramos, claro, una sombrilla o una tienda de playa con material UPF. Y, por supuesto, también una toalla UPF.

Por otro lado, la sombrilla también resulta especialmente importante para protegernos de los golpes de calor, una cuestión que en absoluto es baladí, porque en casos de deshidratación extrema podría llegar a causar la muerte.

De este modo, ya tenemos dos piezas del puzzle: usar ropa fabricada en materiales homologados UPF y resguardarse siempre bajo la sombrilla, y preferiblemente en una confeccionada en materiales UPF.

¿Qué tener en cuenta?

El anclaje suele ser la acción más engorrosa y, por tanto, un aspecto importante a tener en cuenta. Piense dónde quiere utilizarl la sombrilla: en la playa, en el jardín o en ambos lugares. Los modelos de espiral son los recomendados para la playa, mientras que los lisos están pensados para introducir en la tierra o en los jardines.

Sombrilla con UPF 50+: H HANSEL HOME 

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La sombrilla que necesita para sus próximas vacaciones, con una buena relación calidad precio, e ideal para todos aquellos que no quieren hacer un desembolso económico demasiado grande y a la vez no están dispuestos a sacrificar la seguridad.

Está revestida con protección solar UPF 50+, por lo que bloqueará la radiación

Fabricada en acero y con tela de poliéster antidecoloración. Está disponible en azul, naranja, rosa y verde.

Un clásico con UPF 50+: Flamingueo

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Las sombrillas de rayas azules y blancas son un icono del verano. Esta sombrilla, además de ser de rayas, está decorada con una cenefa de flecos que recuerda a las de algunos resorts.

Está revestida con protección UPF, en este caso de factor 50+, como la anterior, por lo que bloquea el 98-99% de los rayos de sol que le llegan.

Su estructura es resistente y sus materiales, duraderos. 

Pesa en torno a dos kilos y tiene una estructura de 8 varillas de fibra de vidrio que aportan rigidez, resistencia y flexibilidad.

En cuanto al poste, es de aluminio. Mide 180 cm de diámetro y 210 cm de alto, por lo que es perfecta para utilizar con amigos, pareja o en familia.

Incluye bolsa de transporte con asa y diseño a juego.

Proteger la piel directamente: la tercera pieza del puzzle

Nunca hay que confiarse, aunque usemos ropa UPF y sombrilla. Porque la radiación rebota en todas partes, tanto en el agua, como en la arena. 

De este modo, aunque estemos bien a la sombra y tengamos la sensación de que estamos protegidos, no lo estamos.

Por eso, la tercera pieza del puzzle es imperativa: utilizar filtros solares con SPF o FPS, preferiblemente a partir de 50. Imperiosamente en las pieles de riesgo mencionadas anteriormente.

Si bien lo del factor 50 pudiera parecer exagerado, no lo es en absoluto. Y para compartirlo, lo primero es entender que significa SPF.

Así lo explica el dermatólogo de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV):

Un SPF 30 quiere decir que la piel necesita 30 veces más radiación para ponerse roja

En definitiva, esto quiere decir que si usamos un filtro de factor 30 estamos 30 veces más protegidos de lo que lo estaríamos en condiciones normales. Y esto se aplica, por ende, al resto de factores de protección.

Vista la definición, según explica, es necesario tener en cuenta que la protección solo será equivalente al número que pone en el bote si usamos una determinada cantidad de producto. Si no, será menor.

  • “La cantidad de crema solar que necesitaríamos para conseguir el factor equivalente sería aproximada a un tercio de un bote estándar”, señala.

En definitiva, una utopía. Porque la crema solar es muy cara, para empezar, y nadie podría asumir un bote cada tres aplicaciones. Y en segundo lugar, porque suele ser muy densa y aplicarnos un tercio del bote de una sentada no resultaría en absoluto agradable.

Por eso, “si usamos un factor 50 o superior nos aseguramos de que estamos protegidos, aunque no lo estemos cincuenta veces más”. 

Camiseta UPF 50 de manga corta: Arcweg

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Para los que quieran protección sin pasar calor, esta camiseta de manga corta con protección UPF 50+ es una buena opción. Si bien tendrán que aplicarse el protector en los brazos para cerrar el círculo de la seguridad, eso sí. 

Fabricada en 88% poliéster y 12% elastano, se seca muy rápido y puede utilizarse bajo el agua, incluyendo la del mar.

Es apropiada para nadar, hacer surf, deportes de remo, paseos en bote y días de playa en general. 

En cuanto a la frecuencia, aconseja renovar la protección cada dos horas y, a poder ser, también si sudamos o nos bañamos en el mar, porque se va absorbiendo. 

Y en este sentido, el dermatólogo desmiente un mito muy extendido: utilizando filtros sí que nos ponemos morenos, no es verdad que la piel no se broncee. “Tardamos más en broncearnos, pero poco a poco lo hacemos y la piel sufre mucho menos”, asevera.

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