Entrevista

Elvira Mínguez ('La sombra de la tierra'): “Me molesta como espectadora que piensen que soy idiota”

La actriz vallisoletana es la autora de la novela y directora y guionista de la serie de Atresplayer

'La sombra de la tierra': la primera novela de Elvira Mínguez toma forma de serie

La actriz Elvira Mínguez, autora y directora de 'La sombra de la tierra'.

La actriz Elvira Mínguez, autora y directora de 'La sombra de la tierra'. / María Villanueva

Inés Álvarez

Inés Álvarez

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Elvira Mínguez acostumbra a interpretar personajes intensos. Uno piensa en el de 'Días contados', por ejemplo, que supuso su debut en la pantalla grande y le valió un Goya. Y esa intensidad es la que ha querido imprimir a la historia que rondaba por su cabeza y que plasmó en la novela editada por Espasa (Planeta), 'La sombra de la tierra', que a la hora de tomar forma de serie --que estrena Atresplayer este domingo, 24-- no podría haber tenido mejor directora que la propia autora. “Quería tener el control. Si no la hubiera dirigido y adaptado yo, no hubiera dejado que siguiera”, confiesa.

Y esa historia es la de dos mujeres que destilan una extraordinaria dureza, la misma con la que fueron tratadas por sus padres y maridos y con la que solo saben relacionarse con sus propios hijos. Dos viudas amargadas que compiten entre sí para imponer su ley. Que se enfrentan como en un wéstern rural usando como únicas armas el profundo odio que se profesan.

Las actrices

Y aunque uno se imagina a Mínguez dándoles vida, la autora y directora ha sabido delegar esa función en dos actrices que acostumbran a desempeñar papeles secundarios, aunque con tal fuerza y solvencia que su trabajo ha sido reconocido en los Goya (nominada, una; ganadora, la otra): María Morales y Adelfa Calvo. No buscó a Elena Irueta y Ane Gabarain, por citar a dos intérpretes de ese perfil ya consagradas. “Para mí era superimportante que los actores no fueran especialmente conocidos, pero que tuvieran la base y la técnica. Las actrices son reconocibles, pero no conocidas. Era básico”, asegura.

Y pese a ser una gran intérprete, la madre de la criatura no se ha dejado llevar por la tentación de reservarse un papel. Ni tan siquiera uno pequeño. “Lo pensé, pero me di cuenta de que era muchísimo el trabajo que tenía y yo no tengo experiencia como para meterme encima a interpretar. Además, esta es un tipo de historia que requiere estar muy fuera para armarla”, remarca.

Caso aparte es el de Carmelo Gómez, un actor de peso, aunque últimamente alejado de las grandes producciones, que la directora tuvo claro desde siempre que sería quien daría vida a ese hombre honrado y paciente que es Vacas, contrapunto masculino a esas mujeres que enseñan los dientes como lobas. “El hecho de que Carmelo esté en la serie la ha colocado en el nivel que está. Porque no solamente es su calidad, que es indiscutible para mí, ya que es uno de los grandes actores de este país de todos los tiempos, sino porque, además, tiene una manera de trabajar y de enfrentarse al trabajo, de estar en el set, de relacionarse con el equipo, que ha marcado a todos los actores y actrices", sostiene.

Elvira Mínguez, con María Morales y Adelfa Calvo, protagonistas de 'La sombra de la tierra'.

Elvira Mínguez, con María Morales y Adelfa Calvo, protagonistas de 'La sombra de la tierra'. / María Villanueva

Calcada a la novela

La adaptación de la novela a serie ha sido muy sencilla, según la autora. Porque incluso comparten los diálogos. “Mi cabeza es cinematográfica por deformación profesional. Porque son casi 30 años en esto y veo, pienso, siento y huelo en imágenes. Yo siempre digo que es una novela guionizada o un guion novelado. La serie es calcada a la novela”. Y cuenta que ella pensó plasmarla en tres capítulos, pero le pidieron seis. Al final, logró que se quedaran en cuatro. "No quería que se alargara como un chicle", apunta.

En cuanto al ritmo, que no siempre coinciden en una obra literaria y una cinematográfica, tampoco ha supuesto problema:“El ritmo lo imprime la propia novela”. Por eso se permitió que fuera pausado. “'La sombra de la tierra' no deja de ser una novela de silencios, porque ese es el principal factor en el asunto de los abusos”, recuerda. Y también ha cuidado la velocidad del lenguaje. “Hoy en día hablamos demasiado rápido. Si nos pudiéramos colocar en 1890, la mayor parte de las personas no nos entenderían. Aquí el lenguaje tiene un peso. Cada palabra significa algo”, insiste.

Hablar del abuso

Otro aspecto que le interesaba a Mínguez era no tener que dar toda la información, explicarlo todo. “A mí una cosa que me molesta como espectadora es que piensen que soy idiota. A lo espectadores, en líneas generales, nos pasa esto. Y no lo somos. No necesitamos que vaya todo desmenuzado ni que nos lo expliquen absolutamente todo. Para mí era importante que se sintieran a la altura que se merece. Los espectadores españoles somos seres pensantes y en la mayoría de los casos inteligentes", argumenta. Y la prueba está, dice, en que podemos ver ficciones como 'Juego de tronos'.

El hecho de hablar de abuso colocándolo en el siglo XIX fue asimismo intencionado. “Hoy los números son tan bestias y el rechazo que produce y el silencio que le rodea es tal, que pensé que si lo coloco en la actualidad, el espectador se va a ir. Si le doy distancia al tiempo es posible que le permita entrar de otra manera". Como cuando te enfrentas a alguien y hay una mesa delante. Eso hace que sientas una situación de seguridad. "Pensé que era mejor de esa forma", insiste. En cuanto a la época elegida, 1896, fue porque necesitaba una guerra. "Y la de Cuba me venía muy bien”, reconoce.  

El wéstern como referente

Asimismo, esa imagen de wéstern que desprende la serie, sobre todo en su primer capítulo ("el más pictórico", según la autora), es el resultado de los referentes cinematográficos de los que bebe. Los que adquirió la Elvira niña, criada en un barrio humilde de Valladolid, cuando la llevaban a cines de sesión continua de ‘El bueno, el feo, el malo’, 'Por un puñado de dólares' y 'La muerte tenía un precio". Es por eso que los personajes de ‘La sombra de la tierra’, dice, parecen "salidos de un ''spaghetti wéstern'".

Cuenta Mínguez que ha disfrutado con la dirección, pero que eso no quiere decir que la cambie por la interpretación: “Ojalá, pero tengo que ganarme las habichuelas”. No obstante, ya está escribiendo otra novela. “Lo que más me gusta es escribir. La libertad que tienes ahí no lo tienes con nada", afirma. "Tengo ganas de sentarme en casa, colocarme mi poncho de escritura y centrarme”, detalla. Y si esa obra llega a la pantalla, mejor que mejor. “Pero no pienso en ello, porque igual la escribo y es una caca", confiesa.