Entrevista

María Hervás: "Muchas mujeres también somos machos alfa"

La actriz de 'El pueblo' es una de las protagonistas, junto a Fernando Gil, de la primera serie de Alberto y Laura Caballero para Netflix

Fernando Gil y María Hervás, en 'Machos alfa'

Fernando Gil y María Hervás, en 'Machos alfa' / NETFLIX / MANUEL FIESTAS

Marisa de Dios

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Alberto y Laura Caballero, los creadores de 'La que se avecina' y 'El pueblo', sacan punta de la crisis de la masculinidad de cuatro amigos cuarentones en 'Machos alfa', su primera serie para Netflix. Hace unos años, los protagonistas de esta divertida comedia habrían sido unos completos líderes al mando de sus relaciones, su trabajo y su vida… Pero les ha tocado vivir en la era de la igualdad, en una sociedad con nuevas reglas que no entienden (o que prefieren no entender) y que expone de la forma más hilarante su patetismo. Fernando Gil y María Hervás son una de las parejas que lideran la serie.

'Machos alfa' es una comedia pura y dura, aunque el primer episodio no empieza muy bien para Pedro, el personaje de Fernando.

Fernando Gil: No, porque es un personaje que está acostumbrado a ganar. Le han educado desde pequeño para ser un triunfador, y de repente pierde, se queda en bolas metafóricamente hablando, y encima no tiene visos de que la cosa se vaya a solucionar rápidamente. El ejercicio que quieren hacer Laura y Alberto Caballero con este personaje es poner contra las cuerdas al triunfador y convertirle en un perdedor de la noche a la mañana para ver cómo se enfrenta a sí mismo. El gran reto de ver cómo se reinventa alguien que está acostumbrado a ganar siempre. Es divertido ese ejercicio de enfrentar a un Miura a un vacío.

Pero ni siquiera se toma en serio a su pareja, Daniela (el personaje de María), y su trabajo de 'influencer'.

María Hervás: Tampoco ayuda que Daniela no se dé a sí misma demasiada importancia. Es una tía que se toma la vida bastante a la ligera. Empieza como 'influencer' por reinventarse a sí misma. En el primer capítulo le dice a Pedro: "Te iba tan bien que me he relajado". Así que la serie no solo critica los roles instaurados de masculinidades tóxicas, sino también los que a veces adquirimos las mujeres educadas en el mismo patriarcado. Yo no creo que él la ningunee, sino que pierde su estatus de repente mientras ella lo gana de manera muy rápida. Si a mí me pasase también estaría descolocada, diría por qué yo sí y él no. Son cosas que suceden en la pareja aunque no haya competitividad. En el equilibrio está el buen gusto y cuando no existe ese equilibrio, te agobias.

¿Los hermanos Caballero les han dejado aportar elementos propios al personaje?

María Hervás: Siempre son muy generosos y están muy abiertos, pese a que controlan todos los procesos de sus proyectos: desde la idea original, los guiones, la dirección, el montaje... Creo que, en parte, ese es su éxito, que están muy pendientes de su producto. Pero te escuchan si tienes algo que proponerles.

Fernando Gil: No tanto en el guion, porque son muy limpios y ya lo tienen muy cerrado, pero sí sobre cómo se relaciona el personaje, cómo se expresa, acciones, ideas, gags...

María Hervás: Para el texto son muy rigurosos porque la comedia es pura matemática y ellos tienen tan bien pillada la fórmula que lo tienen clarísimo. Además, no te dejan cambiar cosas de texto, o morcillear como nosotros decimos, porque flaco favor te estarías haciendo a ti mismo, porque se te va a ir a el gag en ese intento.

¿Es sano hacer comedia de todo, incluso del machismo?

María Hervás: Sanísimo. Cuando ves comedia te relajas, no estás con la coraza puesta pensando que te están adoctrinando ni metiéndote una moralina, así que cala más profundo porque no te sientes agredido.

Fernando Gil: Con la comedia empiezas a quitarte corazas a través de la risa. Es un buen momento para meterte una carga de profundidad y abrirte melones. La pretensión de esta serie, más que adoctrinar o dar lecciones, es abrir debates sobre el papel del hombre y el de la mujer, la vulnerabilidad masculina… Porque al final ellos son cuatro pobres diablos.

Fernando Gil: "La pretensión de esta serie no es adoctrinar, sino abrir debates"

¿Hay más machos alfas a nuestro alrededor de los que nos podamos imaginar?

María Hervás: ¡Y tanto! También muchas de nosotras somos machas alfa. Parece que simplemente por ponerte la etiqueta de feminista ya tienes todo el cupo hecho y creo que nos tenemos que olvidar de esta narrativa tan tramposa ya. Yo me descubro a mí misma mucha veces durante el día incurriendo en micromachismos o en macromachismos que tengo instaurados porque he sido educada así, y no porque mis padres lo sean, sino porque vivimos en la misma sociedad patriarcal. Tenemos que hacer un trabajo global y lo mejor es hacerlo de la mano. Porque si nos enfrentamos a los hombres por el mero hecho de que la historia haya sido así, flaco favor estamos haciendo.

Fernando Gil: Hacer divisiones y bandos solo beneficia a unos pocos.

María Hervás: Y flaco favor hacemos al objetivo final, que es conseguir la igualdad real de derechos, oportunidades, responsabilidades… Para lograrlo tenemos que estar unidos. Y la risa es importante. Hay que empezar a reírse de todo eso, porque si no genera rechazo. Y si a esos machos alfa se lo quieres contar desde la agresión, van a estar cerrados en banda y encima van a tener mil herramientas para rebatirte, porque son poderosos. Pero si en cambio lo haces desde la guasa, igual un día igual viendo el capítulo cinco dicen: "Pues ese soy yo, lo que hace ese ahí es lo que hago yo a menudo". Eso sería un éxito.

¿El mayor problema de estos machos alfa es que se resisten a cambiar?

Fernando Gil: Su problema es que no les han enseñado a cambiar, que no les han dejado ver desde pequeños que hay otras opciones. Les han dicho que ese es el camino para triunfar y que deben ser los que provean, así que, entre comillas, son víctimas del mismo sistema. Porque a lo mejor hay gente que vale para eso, pero otros que si les hubieran dado otra opción hubieran preferido ser amos de casa.

María Hervás: Nosotras también estamos llenas de corsés todavía. Además de informarnos de la multitud de diversidad de masculinidades y feminidades que existen, que son todas como cada uno se invente, creo que es muy importante que te expliquen desde la infancia que, elijas lo que elijas, vas a ser un ser humano digno de ser querido. Muchas veces la dificultad de ese cambio no viene tanto porque los hombres no vean otras opciones, sino porque les aterra perder su estatus e incluso el amor que reciben. Si tú te has dedicado a proveer, crees que te querrán por eso. Y está el fantasma de pensar que si ya no lo haces, no te querrán.

Fernando Gil: Hay muchos tabús ahí, como cuando una mujer no se casa. O un hombre. En mi caso, yo tengo una hija y estoy soltero y notas que hay parte de tu familia que dice que es raro. Pero no lo es.

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