Series españolas de éxito

Francisco Ortiz, el actor que trae '¡García!' de HBO a la España de ficción de los agentes secretos

El actor de 'Amar es para siempre' y 'El Caso...' protagoniza la serie basada en el cómic homónimo

TELETODO FRANCISCO ORTIZ SERIE GARCIA

TELETODO FRANCISCO ORTIZ SERIE GARCIA / ROMERO DE LUQUE

Inés Álvarez

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Su aspecto físico y su voz grave le hacían ideal para dar vida a un agente secreto con aires de superhéroe como García, el protagonista de la novela gráfica que lleva su nombre. Y ahí está Francisco Ortiz (Madrid, 1986) en la serie homónima, que actualmente emite HBO Max los viernes, metido en la piel de un personaje como salido de aquellas películas de cine clásico con la que sus padres le inculcaron una cultura cinematográfica. Ya le habíamos visto viviendo otra época en 'Amar es para siempre' y 'El Caso: Crónica de sucesos', pero '¡García!', dice es, sobre todo, una serie muy actual.

¿Cómo le llegó la propuesta de ser un superagente de cómic?

Contactaron conmigo para hacer el 'casting' y desde el primer momento hubo mucha química entre todos: Veki Velilla, el director, Eugenio Mira, y la directora del 'casting'. Y como pude conseguir las novelas gráficas, enseguida me pude hacer una idea del personaje y probar una propuesta más concreta.

¿Su físico contribuyó?

Tengo cierto tamaño, pero tampoco soy excesivamente grande: mido 1,86. Pero ellos confiaban en la manera de rodar, en las ópticas, en los ángulos de los planos... y jugar con eso para maximizar el personaje todo lo posible. El aspecto, la grandiosidad del personaje, lo tenían muy claro y sabían a quién necesitaban. Yo ando en el término medio óptimo: entre grande y no grande, sensible y no sensible, duro y no duro…

Su voz tendría mucho que ver también. ¿Cómo definiría a su personaje? ¿Es de los buenos o de los malos? 

Más que buenos y malos, se trata de los comportamientos de los personajes ante las circunstancias de la vida. García es un hombre lleno de capacidades para el conflicto, para resolver adversidades y está caracterizado por su gran capacidad de amar. Y es lo que busca en la vida: que le otorgue ese espacio para dar todo el amor que lleva dentro y que aún no le ha sido posible.

«’¡García!’ no es una serie de época, aunque haya mucha época. Plasma problemas actuales, lo que nos pasa» 

Ya había vivido esa época en 'Amar es para siempre' y 'El Caso: Crónica de sucesos', pero esta serie es muy diferente.

Es una serie actual que regresa al pasado para poder contar esta historia. Es un personaje que ha estado congelado 60 años en el tiempo y, para poder comprender su actitud y por qué hace las cosas en la actualidad, es necesario regresar al pasado y ver de dónde vienen y por qué le suceden. N o es una serie de época, aunque dentro de ella haya mucha época. En realidad plasma problemas de la actualidad y pretende dar una lectura contemporánea de lo que nos pasa hoy en día.

¿Esa estética de cómic conlleva una mayor complejidad a la hora de grabar?

Ha sido un rodaje complejo a la hora de las composiciones y ese tipo de cosas, pero Eugenio es extremadamente inteligente y ha sabido llevarnos de manera que pudiéramos dejar bastante espacio para que los aspectos técnicos no nos coartaran y pudiéramos explotar las herramientas interpretativas.

Hay muchos efectos especiales.

Muchísimos. Para mí ha sido como un máster, porque he visto elementos y herramientas con las que no había trabajado nunca. 

¿Mira les ha dado libertad para introducir cosas de su cosecha?

Desde el principio. Traían un trabajo previo de cuatro años: el story board, planos, el montaje... Y entiendo que mentalmente habrá tenido que hacer una negociación entre lo que él pensaba que debían ser los personajes y lo que han sido. No obstante, si ha creído que parte de nuestras propuestas eran válidas, es porque lo eran. Con ese trabajo, previo, las novelas gráficas y las dos notas mínimas de Eugenio los personajes salieron de una manera natural.

«Ha sido muy gratificante, porque yo he crecido con ese cine clásico. Mis padres me han hecho ver muchísimo»

¿Está especialmente orgulloso de la parte que recrea los años 60?

Eugenio quería llevarlo todo dentro de una especie de código 'pulp'. E incluso nos dio libertad para cambiar la interpretación y llevarlo a una cosa menos natural y más marcada. Ha sido muy divertido y muy gratificante, porque he crecido mucho con ese cine. Mis padres han sido una gran influencia para mí cinematográficamente y me han hecho ver muchísimo cine clásico. Poder trabajar en ese código ha sido maravilloso, porque crees que es algo por lo que nunca vas a pasar. Y cuando trabajas con alguien tan purista como Eugenio, con tanto conocimiento con respecto a ese cine, y que lo rodó como entonces y con un resultado tan impresionante... Mi madre está encantada de verme así.

¿Y de que trabaje con un grande como Emilio Gutiérrez Caba?

Eso ha sido una maravilla. Yo procuro ser bastante esponja a la hora de absorber cualquier estímulo que me pueda hacer evolucionar y aprender. Con Emilio, en cada sesión, secuencia y toma hay una enseñanza nueva. Sabe mucho de gestión del personaje y del trabajo. Siempre es una ayuda tenerle cerca.

La historia pudiera parecer naíf, pero hay mucha sátira política.

Es un gran momento para plantear el tema que se plantea en García con respecto a la sociedad. Todo está muy convulso. Parece que estamos perdiendo las bases y ciertos ideales de toda la vida y todo se empieza desmembrar. Está bien, porque las normas están para romperlas. Las nuevas generaciones vienen sintiendo por ellas mismas y a veces lo olvidamos y queremos dogmatizarlo todo. Pero en esa vorágine de romper con todo lo anterior muchas veces se barre con valores del pasado que a lo mejor no deberíamos perder. La serie, pese a que trata el tema político, se basa más en las personas. En la manera de sentir el individuo, más que la sociedad.

García es un James Bond cañí. No es glamuroso ni un seductor.

Un agente secreto en España es alguien con mucha tierra. Alguien más alejado de los lujos y del glamur y más cerca de la tierra y la labranza (ríe). Pese a que sea un hombre con formas y con educación, y que pueda acatar cualquier tipo de protocolo. García es más cercano a la tierra que a las grandes esferas.