Entrevista

Luis Callejo: "Los especialistas me dicen: 'Tú eres el Tom Cruise español'"

El intérpete de 'La noche más larga' y 'Tarde para la ira' interviene en dos de los capítulos de 'Apagón', la serie de Movistar Plus+ sobre una tormenta solar

Luis Callejo, en 'Apagón'

Luis Callejo, en 'Apagón' / CULTURA SERIE APAGON

Inés Álvarez

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Es un actor sorpresa. «Ponlo: actor sorpresa», dice Luis Callejo (Segovia, 1970) durante la entrevista. Porque empezó en la interpretación por sorpresa y para sorpresa de su familia. Y porque causa sorpresa que le apasione hacer cine de acción y le llamen «el Tom Cruise español». Aunque no pertenece al 'star system', excelentes son sus trabajos en 'Tarde para la ira', 'La noche más larga' y 'Apagón', serie que acaba de estrenar Movistar Plus+, en la que participa en dos de sus cinco capítulos, independientes pero con el hilo conductor de una tormenta solar que sueme al país en la oscuridad, dando vida a un responsable de Protección Civil que se deberá enfrentar sus consecuencias.

'Apagón' nos recuerda la pandemia sin contarla.

Pero este proyecto era anterior. Hay una frase de mi personaje que para mí es brutal. ¿Cuántas posibilidades había de que hubiera una pandemia? Pocas. Pero la hubo.

También aquí es muy importante la actitud ante la tragedia.

En la serie se ve que la gente que peor vive tira para adelante, porque están acostumbrados a una situación difícil. Ser actor es equivalente a eso, porque es algo inestable. En cambio, como ahora todo lo es, nuestra profesión es más estable. 

« Físicamente represento a un tipo normal al que le pueden pasar cosas bastante extraordinarias» 

Es muy original esa forma de presentar la serie como cinco películas. 

El punto de partida está concebido a nivel de producción como cinco películas de una enorme dificultad, porque a nivel logístico era muy complicado. Algunos equipos sí que coincidían en varios capítulos, pero en otros, no. Y la producción iba como por separado. Luego había que coordinar ciertas cosas. Además, Isabel (Peña) llamó a Sorogoyen para hacer un capítulo, y este podía haber dicho que no. El proyecto lo generaron sobre todo los guionistas.

¿Eso implicaba otra forma de trabajar para los actores?

Había una especie de hilo invisible al que estábamos vinculados. El primer capítulo que se rodó fue el de Isa Campos ('Confrontación') y hubo muchísimos problemas, porque fue al final del año pasado y hubo un brote de pandemia. Y el de Isaki se tuvo que parar. Yo ya estaba listo para currar, pero se dejó para después del de Sorogoyen. Estábamos pendientes de lo que iba pasando. 

Tendrá un montón de anécdotas.

El capítulo de Jesús Carroza se rodaba en Segovia, y como yo soy de ahí, me interesaba mucho. Y aunque era primavera, nevó a lo bestia, y yo hablaba a menudo con Jesús, que, como es sevillano, lo pasó fatal. Como decía Alberto Rodríguez, el director, cuando llueve en Sevilla, se cancela el rodaje y ya está. Y, luego, para el capítulo de Isaki adelgacé 10 kilos, e iba a hacer ese y luego engordar para hacer el de Sorogoyen. Pero como cambiaron el orden, y primero hicieron el de Sorogoyen, no se ve, pero llevo una botarga, porque luego no tenía tiempo para adelgazar, ya que fueron seguidos.

Está encadenando papelazos. 

Me ha pasado bastante en la vida. Había un momento que la industria iba boyante y a mí me iba mal. Y en momentos de crisis a mí me va muy bien. Pero también las he pasado canutas en otras épocas. En el trabajo de actor hay tantos caminos como actores o actrices somos. No hay una jodida regla fija.

'Tarde para la ira', 'La noche más larga', 'Apagón'... Son papeles duros. ¿Cómodo en ese registro?

Absolutamente. Es que como me emocionan, me emociono haciéndolos. Me entusiasman. El otro día una señora me paró y me dijo: «Al contrario de lo que se dice siempre, que es más difícil la comedia, yo creo que los papeles que haces tú y gente como tú, eso de llegar a emocionar, no es fácil». Es el viejo debate, pero me animó que me lo dijera. 

En el primer capítulo de 'Apagón' lo logra. ¡Qué agobio y emoción!

El reto de ese capítulo es hacer un 'thriller'. Porque hay una primera parte de muchísima información y se pretendía que te llegara a producir ese agobio, esa congoja...

¿Ha hecho un máster con la serie?

Absolutamente. Los directores y guionistas saben latín, griego y serbocroata. La verdad es que yo me tengo que pellizcar un poco porque voy trabajando con los mejores.

Y tiene un largo currículo.

A veces es el factor suerte. Encajar. No dejamos de ser un mercado de ganado. Físicamente represento a un tipo normal al que le pueden pasar cosas bastante extraordinarias.

En 'Apagón' no hay grandes estrellas, y eso da credibilidad.

No estamos tan quemados. En ese sentido es una ventaja a veces. 

"Me tengo que pellizcar, porque voy trabajando con los mejores"

Habla inglés y francés. ¿No sueña con una carrera internacional?

Y un poco de italiano... ¡Claro que quiero más! Quizá debería tener un representante fuera. Tengo la sensación de haber hecho papelillos --aunque en realidad no hay papeles pequeños---, pero ojalá haga unos más largos. 

¿Sigue escondiendo dentro a un oficinista de Segovia al que le gusta pasar desapercibido?

(Ríe). Tengo un poco de eso, sí. Yo quiero ser famoso a los 70 años. ¡Ah, no! Mi mujer, que la tengo ahí, me dice que ya. (Ríe) Venga: ¡que sea ya!

Y hacer una película en francés.

He sido muy fan del cine francés y el cine afrancesado. Pero cada vez me gusta más hacer películas de acción. Me encanta que me digan: «¿Sabes conducir?», «¿puedes coger una moto?», «¿montar a caballo?», «¡tírate por ahí!». En 'Apagón' conduzco un coche. Igual no luce tanto, pero estuvimos cuatro días, no solo ensayando yo, sino coordinado a todo un equipo. Algunos se cachondean. Los especialistas me dicen: «Tú eres el Tom Cruise español». 

Veo que usted es toda una sorpresa.

Soy una sorpresa, sí. Ponlo: "Luis Callejo, actor sorpresa". Y también soy actor por sorpresa. Porque me apunté a un taller de la universidad y de ahí salió la cosa. Iba a ser abogado y acabé de actor sorpresa... La que, por cierto, se llevó mi familia. Aunque luego vieron que no era un capricho.